Por Mario Luzuriaga

El cine argentino tiene un viento de cola, ya que sus producciones son las más elegidas por el público. Pero hay historias interesantes que vienen desde el cine independiente, como lo fue el caso de «La corporación» dirigida por Fabián Forte.  Ahora el director apuesta al cine fantástico con una historia que mezcla el humor negro y el terror, que tanto hicieron furor durante los años ochenta y noventa que dirigieron grandes directores como Roger Corman, John Romero y Robert Rodríguez entre otros. Conclusión dialogó con Diego Gentile, protagonista de esta cinta y su director Fabián Forte acerca de esta película tan particular.

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Diego Gentile es conocido por sus papeles en teatro, cine y televisión. En 2014 su popularidad se elevó al ser parte de uno de los segmentos más destacados de la película «Relatos Salvajes» junto a Érica Rivas y también hizo una participación en la tira «Señores papis», ahora está encabezando esta película que dará que hablar.

-¿Cómo te sentís en éste primer protagónico en el cine?

-La verdad que fue un desafío porque es una película que mezcla el cine fantástico con el humor, es un género que me divierte mucho. Cuando leí el guión por primera vez mi sensación fue de nene con chiche nuevo y en ningún momento dudé en hacerlo. Ya había visto «La Corporación» de Fabián (Forte) y me pareció que está buenísimo hacer esto. A los actores no se nos presenta la oportunidad de hacer películas con este riesgo y que sabés que el director tiene muy en claro el género. Me parecía un gran debut protagónico en este tipo de cine.

-¿A quién interpretas?

-Mi personaje es Ángel Barrios un publicista que está casado y tiene una hija y tiene un vínculo muy machista con las mujeres y las mira de manera despectiva y las subestima todo el tiempo. Un día se encuentra con un grupo de diosas celtas vampiras que le tratan de hacer entender que debe tener un trato distinto con las mujeres. Pero el plan de las diosas es instaurar el matriarcado, entonces capturan hombres machistas, como mi personaje, para desterrarlos.

-¿Qué pensas de esta evolución del cine argentino que se anima a distintos géneros?

-Me parece que tanto «Relatos salvajes» y «El muerto cuenta su historia» lo que tienen de particular es que corren riesgos. Son propuestas riesgosas como contar una temática por distintos cuentos cortos como pasó en «Relatos…», que para mí cada cuento contaba un género cinematográfico distinto. Hay mucho público que consume cine de género, pero que no lo hacen de forma nacional, consumen el cine fantástico yankee. Hay una tendencia en el público que si bien de afuera es bueno, me pasó al final de la avant premiere, que el público halagaba la película y me decían «no puedo creer que sea Argentina». Yo entiendo el concepto, pero creo que se tiene que salir del cine diciendo «que grossa la peli y es Argentina». Los efectos de la película son impecables, hay algo muy artesanal con el maquillaje y el vestuario, no es todo hecho en post-producción, hay una mezcla de post-producción y muy artesanal del actor que llegaba al set tres horas antes para que lo maquillen. Cuando está bien hecho el público se asombra y está muy agradecida con el resultado.

-¿Por qué crees que se está eligiendo más producciones nacionales?

-Nuestro cine no tiene la fuerza como industria del de Estados Unidos, me parece que se está empezando a escuchar más a las cabezas que importan y que tienen riesgo. Hay que confiar más en el riesgo, lo que está pasando afuera es que no hay riesgo hace remakes de algo exitoso. En nuestro país hay directores con más ganas y se vuelve todo más artesanal y conmovedor porque tenemos otro presupuesto, entonces está todo hecho a pura vocación y talento. Tenemos un cine que sale perfecto y que compite en festivales internacionales, el cine argentino es muy prestigioso afuera, tenemos que ser prestigiosos para nosotros mismos.

Hay una tendencia en el público que si bien de afuera es bueno, me pasó al final de la avant premiere, que el público halagaba la película y me decían «no puedo creer que sea Argentina»

-También trabajaste en otro proyecto fantástico como «Nafta Súper», contanos tu experiencia

-Otro gran director, Nicanor Loreti, me convocó para la serie producida por el canal Space basada en su película «Kryptonita». Y en estos ocho capítulos nos metemos en cada uno de los personajes, yo estoy dentro de la historia de Pablo Rago, el Batman argentino, y ahí entro yo haciendo de su Robin (risas). Cuando está bueno el producto querés que la gente la vaya a ver.

-¿Te gustaría que te sigan convocando para estas películas de género?

-Mirá si el guión está bueno y me plantea un desafío a mi no me importa, lo que si importa es que el proyecto me levante todos los días para ir a hacerlo. No soy prejuicioso por el género, me gusta hacer cine.

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Fabián Forte es uno de los directores que se anima a éste tipo de cine, ya lo hizo en «La corporación» un thriller psicológico protagonizado por Osmar Nuñez. También se animó a películas de gran presupuesto y que aportó el género de «buddy cop» junto a José María Listorti y Peter Alfonso con las dos partes de «Socios por accidente» y nos contó sobre el rodaje.

-¿Qué te pareció el resultado de la película?

-Muy contento la verdad es que fue una gran experiencia, el día de la privada la gente la recibió muy bien y la gente realmente se ha divertido mucho. Hasta ahora hay muy buenos comentarios, hay un clima muy copado con la película y estoy tratando de disfrutar el momento. Es una película muy arriesgada que tiene mucho humor.

-¿Cómo te sentís haciendo cine de género?

-Me siento afortunado, primero por dedicarme a dirigir películas y segundo por tener la facilidad de hacer un género, que para muchos, en este país no existe. Pero te puedo asegurar que si existe, siempre existió, lo que pasa es que hubo 20 años en la industria donde no se veían películas argentinas, porque la gente que estaba en los comités del INCAA no aprobaba ese tipo de proyectos. Por suerte las nuevas políticas favorecieron al género y bueno, ya hace varios años atrás que se está apoyando al cine de género, incluso existe el «blood window»,  que es una movida de concursos que organiza el instituto para película de género y ni hablar del festival «Buenos Aires Rojo Sangre», que está hace 17 años, que no sólo es una vidriera para el cine argentino, sino también latinoamericanas.

-¿Cómo fue filmar con este grupo de actores?

-Fue maravilloso es un elenco maravilloso que bancó el proyecto desde el primer momento. Cuento con Diego Gentile que es un tipo con mucho carisma y timing para la comedia, que brinda un personaje que es muy interesante que lo dimensiona. Los personajes pueden estar buenos en la escritura, pero si tenes un actor inteligente, sensible y que lo interpreta ahí cobra vida. También cuento con un gran elenco como Emilia Attias, Moro Anghileri y Damián Dreizik.

Me siento afortunado, primero por dedicarme a dirigir películas y segundo por tener la facilidad de hacer un género, que para muchos, en este país no existe.

-¿Qué fue lo que más te gustó filmar de la película?

-Primero me gustó poder arriesgarme a hacer una película que mezcla los géneros comedia y fantasía, también poder tener la libertad que me dieron los productores para poder contar una película que escribí junto a Nicolás Britos y después contar con este grupo de actores, un gran  equipo de producción atrás. También cuento con un gran equipo de efectos especiales y siempre subrayo lo mismo, creo que lo importante de la película es el guión. Hay una historia, hay una crítica detrás y efectos especiales que acompañan la película.

¿Cómo fue el proceso de creación de los efectos prácticos y especiales?

-Yo siempre trabajé como asistente de dirección con Simon Ratziel e hicimos un laburo artístico interesantes y es un capo en el trabajo de maquillaje y los efectos visuales fueron planeados con anterioridad con Andrés Borghi, ya fuimos muy prolijos a la hora de insertarlos en la post-producción.

-«Socios por accidente» también fue una saga de género

– Nos enfrentamos a hacer un cine más comercial, donde el humor era la clave. Son películas que tanto Nicanor (Loreti) y yo fuímos contratados para acercarnos a ese tipo de producciones comerciales y funcionaron muy bien. Tuvimos la visión de laburar del cine independiente e implementamos hacer con las pelis una «buddy movie» como en Estados Unidos. Sólo recuerdo un mismo intento de eso en «Tiempo de valientes».

-¿Tenés nuevos proyectos cinematográficos?

-Hay un par de adaptaciones de cómics argentinos, una comedia de terror que se llama «Cosa de mandinga» y vamos a ver si nos acompañan los vientos creativos.