Por Aldo Battisacco

En un marco económico de recesión, tarifazos, inflación y la profundización de política de importaciones del Gobierno nacional, a lo que se le suman cerca de 250 mil despidos, aún no se advierte una reacción de las centrales obreras que más que articular el paro anunciado el 29 de abril, se debate en interminables idas y vueltas para normalizar la CGT. Por estas horas la idea del triunvirato va camino a concretarse. En tanto las voces de las organizaciones más combativas plantean la necesidad de realizar un paro nacional como única herramienta para que el Gobierno Nacional modifique su política económica.

Desde hace semanas se insiste en la constitución de un triunvirato para conducir los destinos de la Confederación General del Trabajo, en tanto algunas organizaciones se muestran renuentes e insisten en la posibilidad de que sea elegido un solo secretario general, «Si bien han fijado su posición frente a los problemas que afectan a los trabajadores, van a esperar las resoluciones del Plenario de Secretarios General del 5 de agosto y el Congreso Normalizador del 22 de agosto, para anunciar las medidas a adoptar», informó una fuente.

El líder de los trabajadores de la Sanidad, Daer sostiene que es necesario una conducción colegiada por Carlos Acuña de estaciones de servicio (del sector de la actual CGT Azul y Blanca de Barrionuevo), Juan Carlos Schmid del espacio de Hugo Moyano y Héctor Daer del sector denominado independientes y de los Gordos.

Otro sector bien diferenciado, es el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), integrado por gremios poderosos, no abonan la creación de un triunvirato por entender que favorecerá un pronto desmembramiento de la CGT.

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En el MASA se enrolan gremios de peso como taxistas de Omar Viviani, los ferroviarios de Sergio Sasia, los mecánicos de Ricardo Pignanelli (Smata) , los telefónicos de Osvaldo Iadarola y el gremio de Luz y Fuerza, liderado por Guillermo Moser. Este agrupamiento busca que la CGT sea conducida por el ferroviario Sergio Sasia.

Desde el espacio aventan la discusión acerca de con qué objetivo se está detrás de la unidad. Piensan que está discusión es necesaria, primero resolver el para que y luego el que, porque no se puede dar una conducción con criterios que se pueden mostrar contrapuestos a futuro. Así lo sostuvo Omar Viviani el día que se desarrollo un encuentro de popes del sindicalismo en el sindicato de camioneros.

Por su lado, Pablo Moyano, sostiene que hay muchos sindicatos que están muy pasivos. Que fueron oficialistas siempre, con Menem, Duhalde, Cristina y también con Macri, pero no quedó ahí la referencia del representante de los trabajadores y aludió directamente a Gerardo Martinez de Uocra, Cárlos West Ocampo de la Sanidad, el mercantil Armando Cavallieri, y Andrés Rodriguez de UPCN.
Los nombres aludidos por Moyano también son referentes que no fueron parte de la CGT Azopardo conducida por su padre.

Habrá que dirimir si se trata de una crítica política o de la oportunidad de lo alineamientos.

Aún así, una vez fracturada la CGT, Alsina (Calo), Azul y Blanca (Barrionuevo), Azopardo (Hugo Moyano) y los Gordos el peso específico de la otrora gloriosa organización de los trabajadores se vio notoriamente deslucido y disminuido frente a los embates que reciben los trabajadores en el marco de políticas económicas que le son abiertamente hostiles.

Sin embargo, los dichos de Pablo Moyano no son desmentidos ni por la historia ni por los hechos.

Días pasados, el canillita Omar Plaini deslizó que durante los primeros años de un gobierno el rol que le cabe al Movimiento obrero es ser «sabio y responsable».

Algo que quedo reflejado en el último documento elaborado por las organizaciones que protagonizaron el cónclave de dirigentes para establecer la fecha del confederal que consagrará la nueva conducción.

Una vez que avanzaron las negociaciones de la reunificación y varios se convencieron, otros creyeron que había llegado su momento.

Los encargados de convencer a los principales referentes de sus centrales de las bondades de una única CGT sólida, no tuvieron en cuenta que no todos iban a aceptar mansamente sus decisiones.

Caló rápidamente sufrió la escisión de un fuerte grupo de gremios en la CGT que conduce y hasta el propio Moyano debió imponerse como garante de Schmid para que sea el integrante del futuro triunvirato. El único que no tuvo sobresaltos internos fue el gastronómico Barrionuevo.

Pese a las disputas, la mayoría de los representantes de los gremios con mayoría de congresales instauraron el triunvirato, que tomará formato oficial cuando sea refrendado en el Plenario de Secretarios Generales el 5 de agosto en el histórico edificio de Azopardo 802.

Muy otra fue la postura que asumieron otros dirigentes luego de los tarifazos. El 22 de agosto será el día clave para que alumbre una nueva CGT. Aunque el horizonte no está claro para poder determinar si se estará ante un nuevo posicionamiento que estará determinado no sólo por el pensamiento de quienes tengan la responsabilidad de direccionar el rumbo, sino también de como serán empujados por los acontecimientos para asumir postura frente a una economía que golpea fuertemente a sus representados.