El arzobispo Dominique Lebrun, de la arquidiócesis de Rouen, en donde se registró el ataque a una iglesia en el que fue asesinado un sacerdote, escribió y leyó un mensaje desde Cracovia, donde se encuentra con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Hoy por la mañana dos individuos portando armas blancas degollaron al sacerdote que celebraba la misa y tomaron a algunos rehenes hiriendo gravemente a uno de ellos. La policía intervino y abatió a los secuestradores. El Isis reivindicó el atentado señalando que “eran dos soldados nuestros”.

En su mensaje el obispo de la arquidiócesis a la cual pertenece el templo que sufrió el atentado, indica que murieron tres personas; el sacerdote Jacques Hamel de 84 años y los dos agresores. Añade que otras tres personas fueron heridas, de las cuales una gravemente.

“¡Levanto mi voz a Dios junto a todos los hombres de buena voluntad. Yo oso invitar a los no creyentes a unirse a este grito!”, dijo el arzobispo. “Junto a los jóvenes de la JMJ, rezamos como hemos rezado en Varsovia alrededor de la tumba del padre Popielusko, asesinado por el régimen comunista” añadió.

“La Iglesia católica no puede tomar otras armas sino las de la oración y la fraternidad entre los hombres” dice. Y añade “Dejo aquí a los cientos de jóvenes que son el futuro de la humanidad”.

El arzobispo concluye pidiendo a los jóvenes que se desanimen delante de las violencias y se vuelvan “apóstoles de la civilización del amor”.

El mensaje del Papa

Francisco envió un telegrama al arzobispo de Rouen, Dominique Lebrun, expresando su dolor por las víctimas del atentado en la pequeña iglesia del norte de Francia. Lo hizo este martes a través del secretario de Estado, Pietro Parolin, pocas horas después del ataque en el que dos terroristas asesinaron a un sacerdote.

“Su excelencia Monseñor Dominique Lebrun,

Informado de la toma de rehenes en la iglesia de Saint-Etienne-du Rouvray, que ha causado la muerte de un sacerdote y donde una persona ha resultado gravemente herida, Su Santidad el papa Francisco le asegura su cercanía espiritual y se une con la oración al sufrimiento de las familias, así como al dolor de la parroquia y de la diócesis de Rouen.

El telegrama añade que el Papa “Invoca a Dios, Padre de misericordia, para que reciba al padre Jacques Hamel en la paz de su luz y conforte a la persona herida”.

El Santo Padre está particularmente impresionado por este acto de violencia que ha tenido lugar en una iglesia, durante una misa, acción litúrgica que implora de Dios su paz para el mundo. El Pontífice, concluye el telegrama, “pide al Señor que inspire a todos, pensamientos de reconciliación y de fraternidad en esta nueva prueba y que derrame sobre cada uno la abundancia de sus bendiciones”.

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