La droga que se sospecha le habría sido suministrada a Chiara Páez, la joven 14 años que murió en momentos que le iban a practicar un aborto químico en la casa del novio donde apareció  enterrada, se vende libremente como antirreumático cuando en realidad es un poderoso abortivo cuya venta con ese propósito no está legalizada en el país, denunció un especialista.

Según Marcelo Peretta, secretario general del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) «ese medicamento se usa para abortar, y no como antirreumático como indica su prospecto y aprueba el ANMAT».

El profesional precisó que «esta «cajita» de 16 o 20 comprimidos constituye un negocio de 312 millones anuales».

Como antirreumático el remedio contiene 50 o 75 mg de Diclofenac una droga usada habitualmente para calmar los dolores, pero la verdadera razón de su demanda son los 200 mcg de Misoprostol que tiene efectos abortivos.

«Y también la de su elevado precio», explicó Peretta que reveló que cada caja de 20 comprimidos puede costar hasta 1.250 pesos.

«La Organización Mundial de la Salud indica hasta 12 comprimidos de Misoprostol para interrumpir embarazos no deseados, siempre que la legislación lo permita, pero en nuestro país reina la clandestinidad. Hablamos de leyes sobre aborto pero no sobre sus remedios», señaló el profesional.

El medicamento se ofrece por internet como droga abortiva, donde se recomienda que la dosis efectiva con este propósito es de 4 pastillas por vía vaginal en dos días.

«Hace años que venimos denunciando esta situación que generó así un mercado negro que enseña a terminar embarazos y ofrece las pastillas para hacerlo, que produce 100 mil jóvenes desangradas en las guardias hospitalarias y miles de fallecidas cada año», denunció Peretta.

En la Argentina se estima que por año se producen 500 mil abortos clandestinos, de los cuales 150 mil son farmacológicos, es decir, inducidos con estas pastillas.

«El misoprostol produce un aumento en las contracciones internas que termina con la expulsión del bebé», indicó Peretta, quien agregó que «el negocio de los cirujanos clandestinos fue desplazado por el aborto farmacológico».

El cuerpo sin vida de Chiara Páez, que presentaba un embarazo de 8 semanas, fue encontrado el domingo pasado enterrado en los fondos de la casa de su novio.

El fiscal Juan Pablo Lavini Rosset, quien quedó a cargo de la investigación por la presunta participación de familiares directos de la víctima en hechos de apariencia delictiva, confirmó que a la menor le habían suministrado esa droga.

El fiscal confirmó que se secuestró una receta firmada por un médico de Rufino y se constató que el medicamento fue comprado en una farmacia de esa ciudad.

«Todo indica que el análisis de sangre realizado a la menor mostraría restos de esta droga», indicó Lavini Rosset.