El «blanqueo de capitales», que el gobierno denominó Plan de Sinceramiento Fiscal, alcanzó a 116.800 millones de dólares y se duplicó la base imponible de la Argentina al trepar a 226.000 millones, según informaron ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular de la Afip, Alberto Abad.

Con los datos publicados, la Argentina se posicionó en el segundo puesto del ranking mundial en blanqueo de capitales, detrás de Indonesia, cuyo resultado llegó a 330.000 millones de dólares.

Sobre ese total, 23.500 millones de dólares fueron declarados por bienes en el país (20 por ciento) y 93.300 en el exterior (80 por ciento).