Aproximadamente el 70% del sodio que se consume en la Argentina proviene de los alimentos procesados, que han sido alterados de su estado natural de manera industrial o artesanal ya sea por cuestiones de seguridad o conveniencia para fines comerciales.

Así lo afirmó Virginia Busnelli, médica especialista en Nutrición y Directora Médica de Crenyf, en el marco de la Semana Mundial de la Sensibilización sobre el consumo de sal, que se llevará a cabo del 20 al 26 de marzo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que consumir 5 gramos de sal por día, es suficiente para garantizar las funciones orgánicas de una persona adulta.

Sin embargo, Busnelli explicó que, en la actualidad, «factores tales como la disponibilidad, el costo, la variedad de los alimentos, las costumbres, los estilos de vida y los hábitos alimentarios han llevado a los argentinos a duplicar la recomendación a aproximadamente 12 gramos diarios».

«De la mayoría del sodio que se consume habitualmente en nuestro país, aproximadamente el 70%, proviene de los alimentos procesados, que han sido alterados de su estado natural de manera industrial o artesanal ya sea por cuestiones de seguridad o conveniencia para fines comerciales. Ejemplos de estos alimentos son: envasados en general, enlatados, congelados, panificados, embutidos, productos de copetín o snacks, etc», manifestó la especialista en nutrición.

En ese sentido, la médica aseguró que «colaboran también al elevado consumo de sal los alimentos preparados en restaurantes, rotiserías, puestos de comidas rápidas y deliverys».

Busnelli comentó que «entre el 10 y 15 % del consumo proviene de alimentos naturales como frutas, verduras, legumbres y carnes frescas, y solo el 15 % restante de la ingesta de sal ingerida diariamente proviene del agregado en la mesa o al cocinar».

Al respecto, destacó que «es muy importante recalcar que el consumo de sal es necesario e imprescindible para cumplir con las funciones celulares del sistema nervioso, cardíaco y renal, entre otros».

«Cuando nos falta, se activan mecanismos en nuestro organismo para recuperarlo que a largo plazo pueden traer efectos perjudiciales para la salud. Sin embargo, el consumo excesivo de sal es un importante factor de riesgo para enfermedades como la hipertensión arterial, la obesidad, las enfermedades renales y sus complicaciones como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares», enfatizó.

Busnelli señaló que, en dichos pacientes, con diagnóstico clínico de necesitarlo «es importante reducir el consumo de sodio, pero bajo ningún punto de vista es una recomendación que se pueda generalizar a toda la población».

La nutricionista puso de relieve que la mayoría del sodio que se consume habitualmente «proviene de los alimentos procesados o industrializados, donde los consumidores no tienen participación ni conocimiento sobre la cantidad de sal agregada».

«En este contexto, y durante estos días en los que se pone de manifiesto realizar una concientización para disminuir el consumo de sal en la población y no excedernos de las recomendaciones saludables, no alcanza con promover cambios a nivel individual sino que son necesarias políticas de salud pública que promuevan el acceso igualitario a alimentos saludables y que permitan reducir en forma progresiva el contenido de sodio de los alimentos procesados», remarcó.

Sobre la ingesta dietaria, la experta en nutrición manifestó que «sólo los pacientes con la indicación precisa de su médico deben reducir su consumo, realizando un plan alimentario hiposódico que cambiará la evolución de su enfermedad y retardará la aparición de las complicaciones de la misma».

Además, sostuvo que «es muy importante realizar cambios en los hábitos que puedan sustentarse a lo largo del tiempo y bajo ningún modo es la abolición total del consumo de sal en todos los grupos poblaciones».

«Es importante recalcar que la incorporación moderada de cada uno de los grupos de alimentos es el cambio que necesitamos, sin generar prohibiciones insustentables en los que no lo necesitan y ayudando a realizar reducciones en aquellos que realmente encontraran un beneficio para su salud», concluyó.