El Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo, Oetec, llevó a cabo un estudio donde señala que en 2016, las ocho provincias analizadas en ese informe, explicaron el 99% de la producción petrolera y el 89% de la gasífera a nivel nacional.

Se advierte una declinación generalizada, sobre todo en petróleo y que por supuesto refleja la declinación interanual del 3,8% en la producción total el año pasado. En cuanto al gas, la cantidad de provincias que verificaron disminuciones y aumentos es la misma, con Tierra del Fuego creciendo como ninguna otra. En este caso, y como fuera analizado oportunamente, su repunte se debió exclusivamente al mega-yacimiento Vega Pléyade (Cuenca Marina Austral) iniciado en 2013, siendo que fue gracias a dicho emprendimiento «heredado» que la producción de gas a escala nacional creció en 2016 en relación a 2015.

Ahora bien, cuando se compara la diferencia en la evolución hidrocarburífera interanual para las ocho provincias entre los bienios 2014/15 y 2015/16, tanto en crudo como en gas, queda expuesta la gravedad de lo acontecido durante el primer año de gestión Pro. El resultado: drásticas caídas en La Pampa, Mendoza, Chubut y Salta; moderada caída en Neuquén y Santa Cruz; mientras que un ascenso marcado en Tierra del Fuego y Río Negro. Es decir, seis de las ocho provincias productoras más importantes han registrado desplomes en las tasas de crecimiento alcanzadas durante los últimos años de gestión kirchnerista.

En este sentido, llaman la atención tres cuestiones: 1) Que el ex secretario de Recursos Hidrocarburíferos haya mencionado como las más graves declinaciones las registradas por Santa Cruz, Chubut y Salta, cuando en realidad es toda la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos, OFEPHI, la que está amenazada de extinción; 2) Que en su renuncia no se haya hecho cargo de del masivo desmadre; y 3) Que los gobernadores de esa Organización no se manifiesten al respecto.

Hasta aquí, la variación interanual en las tasas de producción de crudo y gas para las principales ocho provincias hidrocarburíferas. Ahora veamos qué sucede cuando estudiamos el comportamiento de la tasa de producción en 2016, pero adosándole como punto de partida lo ocurrido entre 2015 y 2014.

Por ejemplo, si la diferencia interanual en la producción de crudo de Chubut fue de -5,1% en 2016, pero se parte de un crecimiento interanual en 2015 (en relación a 2014) del 2,6%, entonces la caída fue mayor al 5,1%; en este caso, se trató de una disminución de 7,7 puntos porcentuales. A este indicador, que permite identificar y dimensionar tendencias, lo denominamos «Tasa real de producción interanual» (TRePI).

Seis de las ocho provincias petroleras presentaron fuertes declinaciones en sus respectivas tasas reales de producción como consecuencia de la política energética de la administración Macri.

Chubut, la primera provincia petrolera, cayó 7,7 puntos porcentuales; siguen Salta (-6pp), Mendoza (-4pp), Neuquén (-3,3pp) y Santa Cruz (-2,9pp). Los ascensos (recuperación de los niveles de producción) se debieron a Tierra del Fuego y Río Negro, lo cual denota desaceleración en sus tendencias declinantes.

Es interesante advertir la importancia de este indicador con Mendoza. Según vimos en la variación interanual de 2016, esta provincia fue la única que registró un crecimiento de su producción en relación a 2015 (1,3%). Sin embargo, el crecimiento de la producción en el bienio anterior había sido del 5,4%. Su TRePI, por tanto, es negativo en 4,1pp, lo cual está indicando una fuerte desaceleración de la producción a pesar de haber extraído un 1,3% más de crudo durante el primer año de gestión macrista en comparación con 2015.

A su vez, seis de las ocho provincias gasíferas registraron una declinación en sus respectivas tasas de producción. Mendoza encabeza la debacle, con -11,8pp. La Pampa prácticamente similar, con -11.7pp. Los ascensos, nuevamente protagonizados por Río Negro y Tierra del Fuego. Santa Cruz, que aparentemente produjo más gas en 2016 que en 2015, tuvo una desaceleración de 0,1pp. Pero la diferencia más significativa la marcó Neuquén. De acuerdo al gráfico en el que se ilustra la variación interanual para los años mencionados, la primera provincia gasífera extrajo un 7,2% más de gas que en 2015. No obstante, el TRePI fue de -0,3. Es decir, Neuquén desaceleró su tasa de producción.

Principales conclusiones

Que la primera productora de petróleo (Chubut) haya producido menos crudo en 2016 respecto de 2015 y que además encabece el ranking con la tasa de declinación más elevada de las restantes jurisdicciones petroleras es sumamente preocupante, por cierto, más allá de que siete de las ocho provincias petroleras se hayan venido abajo.

En igual dirección, que la primera productora de gas (Neuquén) haya desacelerado su ritmo de crecimiento es grave, sobre todo teniendo en cuenta la notable recuperación registrada entre 2013 y 2014.

Asimismo, vemos que de las ocho provincias hidrocarburíferas (miembros de la OFEPHI) seis de ellas presentaron fuertes a moderadas declinaciones en sus producciones de petróleo y gas luego del primer año de macrismo y en comparación con los últimos dos años del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Si sumamos los valores de las declinaciones para ambos energéticos, La Pampa figura como la provincia más afectada (17,1pp), seguida de Mendoza (16pp), Chubut (13,8pp) y Salta (10,4); en el grupo de las caídas moderadas figuran Neuquén y Santa Cruz, con 3,7 y 3pp, respectivamente.