Estacioneros rechazaron hoy un nuevo incremento en los combustibles durante las primeras semanas de enero al argumentar que los aumentos se traducen en «caída» de las ventas en el sector.

Mediante un comunicado manifestaron que su rechazo se da en el marco de una serie de reuniones entre la cartera energética y las petroleras para alcanzar un acuerdo con el fin de llegar al precio internacional en junio o julio próximo.

Es que, según trascendió, el combustible aumentaría un 8% durante las primeras semanas del año próximo, mientras el ministro de Energía, Juan José Aranguren, sostuvo que durante 2017 habrá «aumentos graduales» en los valores de las naftas.

«En 2016 el combustible líquido aumentó el 31 por ciento, lo cual provocó que los expendedores no la pesemos bien debido a la caída en las ventas como directa consecuencia de los incrementos», argumentó el presidente de la Federación de Entidades de Combustibles (FEC), Juan Carlos Basílico.

Consideró que luego de unos meses la demanda recuperó, aunque aclaró que no llegó a alcanzar los niveles de 2015.

«Ni bien suban los precios, la mínima recuperación se desplomará nuevamente», alertó y puntualizó que las estaciones de servicio que sienten el impacto de los incrementos de las naftas son las que venden hasta 100 mil litros por mes.

En diálogo con surtidores.com.ar, argumentó que en esos casos el «único margen de rentabilidad está basado en el volumen», por lo cual evaluó: «Por mínima que sea, las consecuencias sobre esos establecimientos son demoledoras».

«Los combustibles líquidos de la Argentina son los más caros de la región, debido a la enorme cantidad de impuestos que se cargan sobre el producto», advirtió y señaló que «siempre que en el resto del mundo baja el crudo, en la Argentina jamás se reducen los costos del combustible».

Por otro lado, Basílico pidió a las compañías que «amplíen el porcentual de comisiones que los estacioneros reciben por cada litro vendido, ya que es la única forma de recuperar la rentabilidad perdida en los últimos años, hecho que provocó el cierre de miles de estaciones de servicio con la pérdida de trabajo de más de 50 mil familias».