Por Candelaria de la Cruz

Ya pasó más de un mes de la fatídica noche en la cual Daiana Travesani recibió un botellazo en la cabeza desde un edificio en la puerta del boliche «La Chamuyera», ubicado en Corrientes al 1300. Luego de 15 días de internación en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde lograron salvar su vida, la joven fue dada de alta y ahora comenzó su recuperación.

Durante todo este tiempo, la situación sigue siendo la misma que la noche del incidente. No hay investigación ni culpables pero sí una familia a la cual le cambió la vida de un día para el otro.

Daiana tuvo fractura y hundimiento de cráneo, lo que le provocó una paralización total de su cuerpo. Según relató Liliana, su madre, en diálogo con Conclusión, “su recuperación llevará entre 6 meses y un año para luego volver a ser operada”.

La familia de Daiana se encuentra en una situación más que complicada. Además de sufrir el padecimiento de su hija, la falta de medios económicos agrava la situación. Liliana, su madre, trabajaba de niñera y en un bar los fines de semana pero desde el 27 de octubre dejó su casa de Gobernador Crespo, Santa Fe –de donde son oriundos- para no moverse de al lado de su hija.

“Daiana estuvo 15 días internada en el Heca, luego de que le dieron el alta nos mandaron a hacer la recuperación en Ilar, pero en este momento como están de paro, la rehabilitación la hacemos en el departamento que compartimos con unos amigos de mi hija”, contó su madre.

La joven vive en Rosario y estaba estudiando Ciencias de la Educación. Vivía en un departamento de escaleras con una amiga pero ahora esas escaleras imposibilitan su ingreso. Ante la desesperación, amigos de Daiana le ofrecieron compartir con ellos su departamento para que no pierda su rehabilitación.

Daiana necesita una enfermera, un kinesiólogo y una terapeuta continuamente con ella. “Ahora la atiende el personal de Ilar, pero es una situación como esta en la cual la institución está cerrada o en fines de semana, no tenemos a quién recurrir, indicó la madre.

Liliana y su familia hacen todo lo posible para que Daiana se recupere y se apoyan “en las ganas que ella tiene de salir adelante” pero con los bajos recursos que cuentan, todo se hace más difícil.

Por otro lado, Agustina, una de sus amigas que se encontraba con ella esa noche, contó que en ese mismo bar «hubo por lo menos ocho heridos durante todo el año» por elementos arrojados desde los edificios pero «nunca se hizo nada».

«Nadie dice nada, nadie sabe quién fue, desde el Estado se lavaron las manos y mientras tanto, ella no tiene dónde estar», enfatizó.

Los amigos de la joven jugaron un rol fundamental en la recuperación de ella y en el apoyo a su familia. “Me mantengo como puedo, si no fuese por los chicos, no podría hacerlo”, concluyó Liliana.

Una familia desesperada y  una joven con todas las ganas de salir adelante se merece la ayuda de todos. Desde Conclusión confiamos en la ayuda de las autoridades y reiteramos el pedido para que el tratamiento de Daiana y el acompañamiento de su familia pueda llevarse a cabo.