por Florencia Vizzi

En la Argentina cada 30 horas se comete un femicidio. Eso es lo que nos cuentan los números, números crudos y duros que son noticia pero detrás de los cuales se esconden las verdaderas historias.Los números dicen que durante los dos primeros meses de 2018, cuarenta y siete mujeres fueron asesinadas en situaciones de violencia de género. El 20% de esas mujeres había realizado una o varias denuncias antes de ser asesinadas y el 17% contaba con medidas de protección dictadas por la Justicia. Seis de esos femicidios ocurrieron en la provincia de Santa Fe, dos  de ellos en Rosario y zonas aledañas. Estos números, crudos y duros, son los que se desprenden del relevamiento realizado por el movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana, (MuMaLa), y su coordinadora en la ciudad de Rosario, Sofía Botto, dio algunos detalles a Conclusión al respecto.

«Un punto importante que se desprende del informe es que, si bien no se refleja un incremento en el número de femicidios en relación al 2017, si ha cambiado sutancialmente el número de mujeres que denuncian, eso es muy evidente. El año pasado estábamos hablando de un 17% que tenía denuncias previas y un 8 y 12 % que tenía medidas de protección. Hoy hablamos de un 20% con denuncias previas y un 17 con medidas de protección. Hay mayor cantidad de mujeres que se animan a denunciar, y más en los momentos en los que hay más exposición mediática., explicó la coordinadora rosarina de MuMaLa.

Sin embargo, ese aumento en las denuncias no se refleja en una mejora de la situación. Hay más mujeres que recurren a las autoridades o a las líneas de ayuda, pero no se ha logrado disminuir los femicidios. En ese sentido, Botto pone el eje en el «déficit estructural del estado» en cuanto a cuál es la recepción de esas denuncias y en cómo evitar que esas denuncias terminen en una muerte inevitable.

«El déficit es en todo sentido. Lo judicial, lo legislativo, es lo estructural en todo sentido. La violencia de género, la violencia física atraviesa  todas las edades y las clases sociales, entonces necesitamos un Estado en el que se pueda articular y coordinar políticas en todos los espacios y territorios. Lamentablemente, hoy ese rol lo cumplen las organizaciones de mujeres que son las que más trabajan en la difusión, acompañamiento…Sin embargo, esos esfuerzos no se han traducido en menos femicidios y no se ha logrado que ese 20% que denuncia no termine muerta igual, a pesar de esa denuncia. Evidentemente la cuestión tiene que ver con el cómo están atravesadas nuestras instituciones por las cuestiones culturales y patriarcales, es muy fuerte el arraigo y hay que seguir haciendo todo el esfuerzo posible para cambiar esas estructuras y para que tengan otras perspectivas, pero entre tanto el resultado es terrorífico, el resultado es una mujer muerta cada 30 horas. En ese sentido, nosotras seguimos denunciando que el Estado, en todos sus niveles, es el responsable de todas esas muertes por no haber podido aggiornarse cuando debería haberlo hecho».

Otro de los puntos críticos al que refiere por MuMaLa es el escaso, casi inexistente, presupuesto destinado por el Estado al Instituo Nacional de las Mujeres(Inam). «La función del Inam es darle aplicación a la ley 26.485, que es la ley de la protección integral de las mujeres. En ese marco estamos pensando en un instituto que llegue a todas las mujeres en todo el país. Por eso es irrisorio pensar que el presupuesto asignado este 2018 para erradicar la violencia machista alcanza sólo el 0,007% del presupuesto total, lo que equivale a la suma de $5 por mujer, lo cual no representa ni siquiera un volante para cada una con un mínimo de información», detalló Botto, y agregó: «Por ejemplo, un dato importante es que el Inam no aportó a la provincia de Santa Fe ni un solo peso en los últimos años para las políticas públicas para las santafesinas. Ese es un dato importante. La llegada del Inam al todo territorio nacional debería hacerse por las provincias, aportando una parte de ese dinero, más allá de los recursos destinados por cada provincia para la aplicación de la ley».

Crudos y duros: los números

  • En los primeros dos meses de este año se registraron en el país 47 femicidios, lo que representa que hubo una víctima cada 30 horas, un promedio similar al registrado a lo largo de 2017.
  • El 20 por ciento de esas mujeres había realizado denuncias antes de ser asesinadas y, entre ellas, el 17 contaba con medidas de protección dictadas por la Justicia, lo que demuestra la falta de políticas públicas en ese sentido.
  • Fueron en total 47 las víctimas de femicidio en los primeros 59 días de 2018, contando entre ellas las de seis crímenes vinculados (personas que estaban presentes durante el hecho o tenían un vínculo familiar o afectivo con la mujer asesinada).En estos últimos casos, hubo tres femicidios vinculados de mujeres y niñas, así como otros tres de hombres y niños. Además, MuMaLá dio cuenta de que en ese lapso tuvieron lugar tres travesticidios.
  • Al analizar el vínculo entre la mujer y su asesino, se observa que la gran mayoría de los femicidios fueron cometidos por hombres del círculo íntimo y conocidos de la víctima (86%), con un bajo 7% que fueron perpetrados por extraños y otro 7% del que no hubo datos.
  • En cuanto a la distribución geográfica, la provincia de Buenos Aires es otra vez el territorio en el que se registran buena parte de los episodios. En estos dos meses fueron 14, es decir el 30% del total. Más atrás aparecen Santa Fe (6); Mendoza, Tucumán y Neuquén (4 en cada provincia); Corrientes (3); Córdoba y Jujuy (2); Capital Federal, Salta, Chaco, Chubut, Misiones, Formosa, San Luis y La Rioja (1). En tanto, no se registraron femicidios en Entre Ríos, Santiago del Estero, Santa Cruz, San Juan, Río Negro, Catamarca, Tierra del Fuego y La Pampa.
  • El 52% de las mujeres asesinadas eran madres, algo que se refleja en los 58 niños y niñas que quedaron huérfanos producto de estos 47 femicidios.
  • Entre las víctimas, el 48% convivía con su agresor y un 2% trabajaba como prostituta.
  • El  21% eran jóvenes de entre 15 y 25 años. De ellas, el 9% resultaron violadas y abusadas, mientras que el 21% estuvieron desaparecidas. En contraposición, más de la mitad de los agresores tiene entre 19 y 40 años (60% del total).
  • El 17% optó por suicidarse, mientras que el 5% pertenecía a fuerzas de seguridad.
  • Con respecto al episodio en sí, el lugar más común fue la vivienda de la víctima, donde se perpetraron un 64% de los femicidios, seguido por la vía pública (27%). Con menor incidencia aparecen el puesto de trabajo de la víctima (5%), el puesto de trabajo del agresor (2%) y la vivienda de un familiar (2%).
  • En tanto, la modalidad más común utilizada por los asesinos fue con arma blanca (34%), seguida por los golpes (25%), armas de fuego (16%), asfixia (14%) y quemaduras (7%), con un 2% sin datos.