La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner regresó anoche a la provincia de Santa Cruz, después de permanecer seis días en Buenos Aires, donde desplegó una intensa actividad que incluyó su presentación en los tribunales de Comodoro Py, encuentros con dirigentes sociales y políticos, la primera entrevista mediática fuera del poder y la visita a los trabajadores de Tiempo Argentino cuya redacción fue destruida por una patota.

La ex mandataria regresó a Río Gallegos a las 22 de este viernes desde Aeroparque en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, y fue despedida por militantes kirchneristas.

Cristina volvió a Santa Cruz tras las dos medidas judiciales dispuestas ayer: el juez Bonadio ordenó congelar sus cuentas bancarias luego de que se negara a aceptar cubrir el embargo de 15 millones de pesos, y en otra causa que investiga el juez Julián Ercolini, se constató que no existían cajas de seguridad a su nombre en el Banco Santa Cruz.

Ante la citación judicial del juez Claudio Bonadio que la obligaba el miércoles a presentarse en los Tribunales de Comodoro Py para notificarse en la causa que investiga irregularidades en operaciones con «dólar futuro», la ex mandataria llegó al Aeroparque Jorge Newbery el sábado por la noche, donde una multitud de manifestantes le dio la bienvenida bajo la lluvia, y luego se dirigió a su departamento del barrio porteño de Recoleta.

El domingo, Cristina brindó su primer reportaje desde que finalizó su mandato el 9 de diciembre de 2015 a través de una entrevista telefónica en la señal de noticias C5N, donde cuestionó el «ajuste brutal» de las tarifas de servicios públicos y volvió a afirmar que es víctima de una «persecución judicial» por las causas abiertas en su contra, y añadió que su paso por Buenos Aires se debía al cumpleaños de su hija Florencia.

El martes por la tarde, la ex mandataria se reunió con diferentes dirigentes, intendentes y diputados nacionales en el Instituto Patria, en el centro porteño, y una vez finalizado el encuentro brindó una rueda de prensa en la que expresó preocupación por la situación social y criticó a los sindicatos por cerrar paritarias por debajo de la inflación.

Participaron del encuentro, entre otros, los diputados Andrés Larroque y Eduardo «Wado» de Pedro, los ex funcionarios Martín Sabbatella, Oscar Parrilli y Teresa Parodi, y la titular de la asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

El miércoles a las 13, Cristina se presentó en el juzgado de Claudio Bonadio y tras notificarse de su procesamiento se retiró de los Tribunales de Comodoro Py, acompañada por un grupo de diputados nacionales del Frente para la Victoria.

Antes de retirarse, Cristina presentó una denuncia contra el juez Bonadio y la diputada Margarita Stolbizer a quienes acusó de actuar en «connivencia» y por «tráfico de información» mediante un «modus operandi» que consiste en «un juez que ordena allanamientos y la diputada que hace la denuncia», a raíz de los allanamientos realizados en el domicilio del contador de la familia Kirchner.

A la salida, Cristina visitó la redacción del diario Tiempo Argentino, que quedó destruida después de ser atacada por una patota el lunes por la noche, brindó su solidaridad a los trabajadores y recibió cuestionamientos de parte de ellos por la pauta oficial que durante su gobierno recibieron los antiguos dueños del medio.

Ayer, la ex presidenta volvió a mantener encuentros políticos en el Instituto Patria desde el mediodía, donde se reunió con el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi; el ex ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni; la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, la intendenta de La Matanza Verónica Magario y el titular del Partido Justicialista (PJ) bonaerense, Fernando Espinoza.

Durante los seis días de permanencia en Buenos Aires, Cristina utilizó las redes sociales para reflejar su actividad y también para denunciar que cámaras de la Policía Federal monitoreaban sus movimientos en la Ciudad, sin su conocimiento.

Ante el cuestionamiento, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich le respondió también por las redes sociales que su cartera ordenó para ella «el mismo tipo de operativo que se dispuso para Obama. Reglas de Seguridad de Estado, para cuidar la investidura», y horas después personal de policía Federal retiró una cámara cercana al domicilio de la ex presidenta.