La policía brasileña arrestó el miércoles al exdiputado ultraconservador Eduardo Cunha, cerebro del impeachment de Dilma Rousseff, involucrado en el monumental escándalo de corrupción en Petrobras que también tiene en la mira al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

La detención de Cunha, que como presidente de la Cámara de Diputados llegó a ser segundo en la línea de sucesión presidencial, fue pedida por la procuraduría ante el riesgo de que se fugara o que intentara obstaculizar las investigaciones de los numerosos procesos en su contra.

«La libertad del exparlamentario representaba un riesgo para la instrucción del proceso, el orden público y también existía posibilidad concreta de fuga en virtud de la disponibilidad de recursos ocultos en el exterior, además de su doble nacionalidad brasileña-italiana», señaló la procuraduría en un comunicado.

Cunha, de 58 años, fue detenido en Brasilia y embarcado en un avión de la Policía Federal (PF) con destino a Curitiba (sur), donde quedará a disposición del juez Sergio Moro, a cargo de las causas que investigan a sospechosos sin fueros privilegiados (ministros y legisladores).

Cunha, hasta hace poco amo y señor de la agenda política de Brasil, fue destituido el mes pasado por sus colegas por ocultar cuentas bancarias en Suiza, en una nueva página de la larga crisis política que golpea al país.

La procuraduría general lo denunció en agosto de 2015 por haber recibido al menos cinco millones de dólares en sobornos para facilitar un negocio de navíos sonda en Petrobras y le exigió que restituyera 80 millones de dólares, multas incluidas.Impe