Luego de varios contrapuntos entre la cadena de supermercados Coto y la Asociación Empleados de Comercio, sobre la ley que regula el cierre de locales comerciales que poseen más de 1200 metros cuadrados, que comenzará a regir este domingo 3 de julio, se divulgó por medios de prensa que la empresa ratificó su decisión de ignorar el marco normativo y abrir sus puertas a pesar que está prohibido.

La secretaria adjunta de la Asociación de Empleados de Comercio, Silvana Crocci, dialogó con Conclusión y contestó a cada uno de los argumentos esgrimidos por los supermercadistas diciendo que «Coto viola la ley y no respeta el marco normativo que proviene de instituciones integradas por representantes del pueblo elegidos por el voto popular», y además «intentan generar confusión, sosteniendo que la conciliación obligatoria resuelta por el ministerio de Trabajo vuelve todo hacia atrás y esto les permite abrir sus puertas este domingo».

Crocci, fue taxativa al señalar que «hubo necesidad de que intervenga la cartera Laboral porque la empresa propiedad de Alfredo Coto, despidió 50 trabajadores a quienes se les comunicó que la causa del despido se fundaba en el cierre de las puertas de sus bocas de expendio», esto «es mentiroso e irreal, no se trata de volver todo hacia atrás caprichosamente», dijo la dirigente gremial.

«Así lo hicieron cuando no quisieron acatar la conciliación a destiempo en la reincorporación de los trabajadores -añadió. La ley comienza a regir a partir de mañana, por lo tanto la firma Coto debe cerrar como todos los supermercados que tengan más de 1200 metros cuadrados», sostuvo la sindicalista.

Consultada por este medio, acerca de por qué la cadena comercial sostiene que hay que respetarle los derechos a los empleados, la gremialista dijo que se trata de un «inexplicable extravío de Coto que toma las banderas de los trabajadores, porque quien los representa es el sindicato de Empleados de Comercio».

«La metodología mafiosa y patoteril los delata, en cada instancia en la que se trató la ley apelaron a la intimidación y ahora pretenden llevarse ¨puesta¨ a la Justicia», denunció Crocci.

Respecto de las denuncias que formuló días pasados el secretario gremial de Empleados de Comercio, de que hace un par de semanas fueron tomados como empleados un centenar de trabajadores y posteriormente el 90% de ellos fueron despedidos, la sindicalista señaló que «parece ser una práctica habitual de esta empresa». Y añadió: «Por otra parte intentaron, sin éxito, presionar a la provincia y repito, ahora lo intentarán con la Justicia».

Crocci fue categórica: «La ley está hecha para ser cumplida, no se trata de hacer lo que se quiere, piensan que todo se puede con plata, o argumentar defender libertades que nunca reconocieron. Esta semana obligaron a los trabajadores a asistir al Concejo para que se manifestaran en desacuerdo con la Ley, son apretadores», dijo sin rodeos.

Sobre qué antecedentes se tiene para poder precisar el por qué de sus dichos, Crocci, manifestó que «los hechos dan las evidencias, la semana pasada un ciudadano que intentó estacionar frente a uno de los locales de Coto fue confundido con un auto de propiedad del sindicato y resolvieron destrozarlo», y agregó que «contratan patovicas y los disfrazan de empleados colocándoles una remera de Coto para presionar concejales, y el año pasado hasta rompieron la Legislatura», describió.

Otro dato que se publicó, refiere que el cierre de los negocios le ocasionaría a los trabajadores una perdida de 3000 pesos de ingreso, ante esto, Crocci manifestó que «no es cierto, por trabajar el domingo no se llega ni a la mitad de ese valor» y añadió «que la ley que regula el cierre dominical de bocas comerciales de más de 1200 metros cuadrados, surgió por iniciativa de las bases, porque no se quiere cambiar dinero por derecho».

«Coto falta a la verdad —sostuvo Crocci—  cuando afirma que tiene 1000 empleados. En los últimos 10 años redujeron la planta de trabajadores 30%, actualmente no llega a los 600 empleados y lo que no dice Coto es que para sostener su ritmo comercial los sobrecargaron de tareas, lo que les permitió obtener más ganancias, motivo por el cual fueron denunciados en el Ministerio de Trabajo», manifestó la secretaria adjunta de Empleados de Comercio.

Acerca de lo que postula Coto en relación al Convenio Colectivo de Trabajo, la representante de los trabajadores reveló que «el proyecto que se entregó en la Legislatura incluía a todos los comercios, pero la modificación se produjo en el Senado y una vez aprobado, el gobernador la promulgó, pero luego fue modificada por el Concejo a través del Ejecutivo, y acatamos porque respetamos el funcionamiento democrático de los cuerpos colegiados», reiteró Crocci.

Uno de los puntos que generó desencuentro entre las partes, remite a la cantidad de horas trabajadas por los mercantiles. Para precisar de si se ajusta a verdad la solicitada de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), la trabajadora alegó que «el decreto 2284/91 de Domingo Cavallo, establece que se deben trabajar 48 horas, pero la Ley que regula el cierre no le quita horas de trabajo, solo cambiaría el franco de día hábil por el del domingo».

En torno a que se favorece el mercado informal de trabajo con el cierre dominical de los supermercados, Silvana Crocci, profirió que «es mentira lo que comunican en la solicitada, porque las cadenas de supermercados locales mantuvieron y en muchos casos incrementaron el número de trabajadores, y aunque este domingo todos sabían que se aplicará el cierre de sus puertas, no echaron empleados ni los suspendieron, Coto sí lo hizo, se creen impunes y ese es el mensaje. Ante esto será el Ministerio de la Producción y la cartera de Trabajo quienes garantizarán el cumplimiento de la ley».

Por último, Silvana Crocci, tomó cuenta de un artículo de la Fundación Libertad, e ironizó acerca de la sintonía argumental que existe entre ésta fundación y supermercados Coto: «Rosario conoce los intereses que representan, por lo tanto no sorprende al tipo de argucias que recurren para mostrar una supuesto aggiornamiento con los tiempos que corren, al avalar que se puede comprar una lata de tomate en cualquier horario porque gana el que lo compra y el que lo vende», ello promueve a instar «a que instalen un minimarket en el edificio de la Fundación Libertad y que sea atendido por los familiares de los socios, porque no esta mal trabajar pero si ser esclavo», concluyó.