La devaluación, que duplicó el precio de los insumos en dos años, el costo del gasoil que subió 75% al mismo tiempo, y otros incrementos en distintos productos son las razones por las que los productores hortícolas de Corrientes decidieron otra vez tirar la producción de tomates al costado de la ruta.

A 30 pesos el cajón de 20 kilos, los productores correntinos regalan sus tomates cuando venden a la insólita suma de 1,50 pesos por kilo en cualquier mercado, siendo que en el supermercado del centro correntino la gente paga entre 30 y 50 pesos.

Estas son las razones por las que este martes por la mañana decidieron volver a tirar sus tomates (unos 7 mil kilos) al costado de la ruta provincial 27, en Santa Lucía, zona de mayor producción hortícola de Corrientes.

Esta es la segunda vez que lo hacen; anteriormente, fue en octubre de 2016 cuando arrojaron toneladas de tomate al advertir que la situación económica los iba a perjudicar.

El precio del gasoil que usan para sus tractores y camionetas subió 75 por ciento desde enero de 2016 a la actualidad, pagando hoy entre 27 y 30 pesos el litro en el interior correntino. Es un costo que encarece el trabajo diario y el flete para poner los cajones de tomates en cualquier mercado.

En tanto la devaluación que Mauricio Macri y Alfonso Prat Gay hicieron en diciembre de 2015, a pocos días de asumir el gobierno de Cambiemos, aumentó en los últimos 28 meses en entre 110 y 125 por ciento el precio de varios insumos que ingresan desde el exterior o que tienen varios componentes importados. Por ejemplo, productos para limpiar el terreno, para abonar la tierra, para las semillas, para la flor, para la hoja y para el fruto de las plantas de tomates.

Además, se encarecieron en esos porcentajes las semillas híbridas, la reposición de postes de madera para invernaderos y los plásticos de grandes dimensiones para las coberturas. Lo que menos subió de precio es la mano de obra intensiva (diaria) y el asesoramiento profesional constante con ingenieros agrónomos.

Corrienteshoy.com analizó la situación con expertos en la producción de tomates y pequeños y medianos productores de Santa Lucía, Lavalle, Goya y otras zonas que muestran crudas señales de deterioro en las economías regionales.

En el horizonte, los productores no observan ninguna señal positiva porque el precio del tomate nunca estuvo regulado y saben que el Gobierno de Macri considera que todo debe quedar en manos de los costos y precios que imponga el mercado sin que el Estado intervenga.