En su etapa de cambios, los adolescentes experimentan modificaciones físicas y hormonales que generan en ellos sensaciones de invulnerabilidad y fortaleza, lo que los impulsa a la búsqueda de experiencias nuevas e intensas, exponiéndose de manera recurrente a situaciones de riesgo.

En este marco, un proyecto de extensión de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) busca generar conciencia en jóvenes de esta franja etaria con el fin de prevenir este tipo de comportamientos.

“Es una etapa que se caracteriza por la intensidad, la búsqueda y el descubrimiento, pero también por la transgresión. Además, contribuyen diferentes características propias de la edad, entre las que se destacan la necesidad y el alto grado de experimentación emergente, la susceptibilidad a la influencia y la presión de los pares con necesidad de conformidad intragrupal, la identificación con ideas opuestas a los padres, y generar nuevos espacios de pertenencia”, explicó la bioquímica y psicóloga social Liliana Rateni, docente a cargo de dirigir el trabajo.

El proyecto pretende abordar la inclusión social mediante la construcción de un espacio en las escuelas secundarias dependientes de la UNR, donde los alumnos puedan expresar sus inquietudes en virtud de prevenir las posibles consecuencias perjudiciales para la salud que implican sus decisiones.

Desde una perspectiva interdisciplinaria, la propuesta plantea la construcción de saberes con estudiantes avanzados y docentes de la Facultad de Ciencias Médicas, de Psicología y de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas, en conjunto con referentes de organizaciones preventivas, organizando estrategias de acción para llevar adelante en escuelas de nivel medio como el Instituto Politécnico Superior, la Escuela Agrotécnica de Casilda y el Superior de Comercio de Rosario.

De esta manera, se crea un ámbito pensado para llevarse a cabo desde un abordaje horizontal, en el que tienen lugar una serie de encuentros con especialistas en adicciones, nutrición, epidemiología, infecciones de transmisión sexual, entre otros.

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La Psicóloga Liliana Rateni dirige el proyecto.

“Formamos parte de una sociedad que recibe y consume mucha información, en la que la publicidad de los medios de comunicación seduce con propuestas que pueden llegar a confundir si no nos detenemos. Y eso proponemos: a detenernos a mirar, a pensar, a responsabilizarse de lo que tal vez puede quedar diluido peligrosamente”, subrayó la investigadora.

La idea central, señaló Rateni, es trabajar sobre las condiciones que sostienen las conductas de riesgo y actuar sobre ellas para prevenir las posibles consecuencias dañinas para la salud. En consecuencia, se concede un carácter protagónico a los adolescentes, promoviendo la reflexión acerca de las situaciones que enfrentan, como también abordar sus intereses y sus proyectos.

“Esta actividad inició a los estudiantes universitarios en la metodología participativa para el rescate de valores sociales, estableciendo vínculos interdisciplinarios. Por su parte, los alumnos de las escuelas participantes tienen la posibilidad de ser escuchados por quienes son sus referentes cercanos y a modo de acto pedagógico de enseñanza-aprendizaje colectivo tener una apropiación crítica y reflexiva de las problemáticas con el fin de reorientar en forma conjunta hacia la acción transformadora para la prevención y la promoción de la salud”, considera la docente investigadora.

En este marco, Rateni no dudó en afirmar que el período de la adolescencia presenta una paradoja en materia de salud porque “se observa simultáneamente un aumento en las capacidades cognitivas y una mayor exposición a situaciones de riesgo; principalmente de causas prevenibles”. Y agregó: “Esta asincronía entre el desarrollo cognitivo y el desarrollo afectivo contribuye al aumento de la morbimortalidad de esta etapa”.

Es por ello que la docente considera necesaria la participación del Estado a través de la implementación de políticas públicas para acompañar la iniciativa universitaria. “Necesitamos sistematizar la experiencia para poder visibilizar la problemática, por eso entendemos que es importante que este trabajo no quede como un capital individual del equipo extensionista, sino generar elementos objetivos y concretos que luego posibiliten la reformulación de contenido”, sostiene.