Con un mensaje del papa Francisco en favor de «profundizar la cultura del encuentro», las cinco centrales sindicales dieron señales de unidad «aún en las diferencias», en el marco de la Semana Social convocada por la Iglesia en Mar del Plata, y coincidieron en duras críticas al veto presidencial a la ley antidespidos, pero postergaron la definición de una eventual medida de fuerza conjunta para los próximos días.

Los líderes sindicales de la CGT Azopardo, Hugo Moyano; la CGT Alsina, Antonio Caló; la CTA, Hugo Yasky; la CTA autónoma, Pablo Micheli; y Luis Cejas en representación de Luis Barrionuevo de la CGT Azul y Blanca respondieron a la convocatoria de la comisión episcopal de Pastoral Social y, en el marco de un panel, dieron un nuevo paso en el camino de la unificación, a pesar de las diferencias que mantienen sobre la necesidad o no de convocar ya a un paro nacional ante el veto de Mauricio Macri a la ley de emergencia ocupacional.

Antes de los discursos de los sindicalistas, el titular de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, leyó un mensaje enviado especialmente por el papa Francisco, en el que consideró «esencial profundizar la cultura del encuentro» y deseó que el encuentro de Mar del Plata «sea ocasión fecunda para que el diálogo permita el crecimiento de una comunidad comprometida que deje de lado la indiferencia» y «adopte compromisos concretos».

«Hoy es un día muy especial por el esfuerzo de muchos sectores para lograr la unidad del movimiento obrero y la Iglesia es un factor fundamental para eso. Los trabajadores están reclamando la unidad pero no podemos negar que el mayor esfuerzo lo está haciendo el gobierno nacional», ironizó Moyano en su discurso.

Si bien admitió que «no es sencilla la unidad porque algunos sectores reciben más presiones que otros», el titular de camioneros dijo que esa unificación «no tiene que ser transitoria para tomar determinadas medidas» sino para «defender y contribuir a construir un país rico para los trabajadores».

Moyano renovó sus críticas al veto de Mauricio Macri a la ley antidespidos, y sostuvo que «no era para castigar ni perjudicar a nadie», pero el gobierno «no entendió y creemos que ha cometido un error» al vetarla.

En tanto, Caló dijo que el sindicalismo está «mostrando que vamos a hacer lo imposible para la unidad del movimiento obrero», que para las tres CGT ya tiene fecha: el 22 de agosto y deslizó que «si sigue habiendo despidos habrá que defender en la calle las conquistas de los trabajadores»

«Podrán vetar la ley pero no podrán vetar el esfuerzo y empeño que pondremos las cinco centrales para que en Argentina no haya más despidos. Con ley o sin ley no queremos más despidos», afirmó Caló.

Con críticas a las prácticas neoliberales y al «plan de ajuste» que -según dijo- lleva adelante Macri, Yasky consideró «clave» la unidad de las centrales «hermanas» sin «querer borrar ni mentir en una uniformidad» sino respetando la «diversidad y las diferencias con madurez».

«La clase trabajadora nos pide que pongamos en un segundo plano esas diferencias. El escenario ideal sería llegar a tener una sola CTA y una sola CGT y que esas dos centrales puedan tener una mesa en la que periódicamente les permita ir construyendo pasos en común», sostuvo y renovó sus críticas a Macri que «gobierno el país como si fuera una gran empresa y nosotros sus empleados».

«El Congreso y las centrales sindicales fueron desconocidos con el veto del presidente», dijo Yasky.

En el mismo sentido, Micheli advirtió que el veto presidencial «es legal pero ilegítiel mo»y advirtió sobre la «dura y preocupante situación de los trabajadores y la mayoría del pueblo argentino que sufre un brutal ajuste sobre su poder adquisitivo».

El titular de la CTA autónoma dijo que el movimiento obrero está «empeñado» en logar la unificación «más allá de las diferencias secundarias y maduramente para poner por encima los problemas de los trabajadores» y agradeció la convocatoria de la Iglesia y el papa Francisco para «ponernos la patria al hombro».

«El papel de la Iglesia en defensa de los pobres y para que no se pierdan fuentes de trabajo todos los días nos fortalece en esta pelea. Acá lo importanto no es ir a ver al papa Francisco sino llevar a la práctica su mensaje», dijo Micheli.

Por parte de la CGT Azul y Blanca, Cejas planteó que «la Iglesia brega desde hace más de 20 años» por la unidad sindical y agregó: «queremos el diálogo, y que el gobierno y los empresarios se sienten a una verdadera mesa del diálogo. Nosotros estamos dando un ejemplo de unidad a todo el país».

Para monseñor Jorge Casaretto, también integrante de la Pastoral Social, el mensaje conjunto de los sindicalistas implica un «momento histórico ya que nunca los máximos dirigentes de las diversas centrales habían constituido juntos un panel» y agradeció a los gremialistas por el «signo de gran importancia y por la decisión de estar todos juntos.