Por Enrique Genovar

Ganó. Y lo hizo ante al mejor equipo de todos. Por momentos la pasó mal, como Monzón en 1972 ante el norteamericano Bernie Briscoe. Pero con garra, oportunismo y sabiduría Central se quedó con el primer duelo de la serie. Con algo de angustia y con un gol extraordinario el equipo del Chacho consiguió un gran triunfo.

La empresa no fue sencilla. Por primera vez, desde que el Chacho dirige a Central, el equipo se vio doblegado por el rival en varios gran parte del primer tiempo. Pero de esa incómoda situación logró salir airoso. A pesar de que miró el reloj, igual a como lo hizo el boxeador más emblemático de Argentina en el Luna Park en aquel inmortalizado noveno round, el Canalla logró lo que se propuso: ganar.

Un error del rival y una resolución extraordinaria lo pusieron arriba en el marcador. Y después de pasarla mal se recuperó y hasta pudo haber liquidado la serie. El Canalla le ganó el primer chico a un jugador de elite. Supo cuando irse al mazo y cuando hacer recular al adversario. Los del Chacho doblegaron al mejor y, como hizo Monzón cuando defendió la corona, aguantó cuando la cosa se complicó pero consiguió el triunfo.

Central irá a Medellín sabiendo que dos resultados de los que se pueden dar en un juego lo meterán en la semifinal. El Canalla ganó el primer chico con 33 y de mano.