El humo del cigarrillo contiene alrededor de 4,7 mil sustancias nocivas, entre las que destacan la nicotina y el monóxido de carbono, altamente dañinas para el organismo al inhalarlas.

Se considera fumador pasivo a todo aquel ser vivo que puede inhalar indirectamente o estar en contacto con el humo del tabaco y, en consecuencia, con las sustancias nocivas que lo componen. Aunque no absorba de forma directa el humo del cigarrillo, un fumador pasivo puede correr los mismos riesgos que el propio fumador, de manera que los animales de compañía se exponen a los mismo problemas de salud que sus dueños al fumar.

En general, las mascotas tienden quedarse junto a sus compañeros humanos, a los perros les encanta seguirlos a todas partes y a los gatos tumbarse sobre ellos, por ejemplo. Para los animales, no hay nada mejor que compartir cada segundo junto a su mejor amigo. Por ello, al convivir con personas fumadoras quedan totalmente expuestos a todas sus consecuencias.

Si la persona fumadora acostumbra a fumar dentro del hogar, el aire de ese ambiente puede contener el triple de nicotina y monóxido de carbono, y hasta 50 veces más sustancias cancerígenas que el humo del tabaco que inhala el propio fumador. Esto es así debido a la actuación del filtro del cigarrillo, el cual almacena gran parte de los compuestos nocivos. Así pues, vemos como el humo del tabaco afecta a los animales de manera indirecta, pero resulta igual de dañino.

Si analizamos el sistema respiratorio de los animales, vemos que es muy similar al nuestro y, por tanto, no es difícil entender que ellos pueden sufrir los mismos problemas de salud que un fumador pasivo humano e, incluso, que el propio fumador. Como ocurre con los humanos, al someterse los animales a un ambiente cargado de humo del tabaco, acaban por inhalarlo y su piel se encuentra en constante contacto con todas las sustancias nocivas que lo componen, pudiendo generar graves daños en su cuerpo.

Las irritaciones son los signos más comunes que presentan los fumadores pasivos como los animales. De esta forma, podemos observar tos, irritación ocular, conjuntivitis en perros y gatos o picor en los ojos. Así mismo, no es de extrañar que la misma inhalación del humo del tabaco provoque náuseas en los animales y una pérdida de apetito como consecuencia. Estos síntomas pueden agravarse cuando el animal vive en un entorno en el que el fumador acostumbra a fumar en el hogar, manteniendo los espacios cerrados, porque las concentraciones de compuestos tóxicos son todavía mayores.

Tal y como sucede con los humanos, los animales considerados fumadores pasivos son más susceptibles que el resto a padecer problemas respiratorios debido a la acumulación de sustancias tóxicas en sus pulmones, hecho que produce un alteración en el funcionamiento normal de los órganos respiratorios. La bronquitis y el asma son las complicaciones más usuales en animales de compañía a largo plazo, patologías que si no se tratan adecuadamente pueden llegar a ser graves e, incluso, mortales. Para más información, consulta nuestro artículo sobre los síntomas y tratamiento del asma en gatos.

Ahora que sabes cómo afecta el humo del tabaco a los perros, gatos, y demás animales de compañía, probablemente querrás saber cómo evitar la aparición de los problemas de salud mencionados anteriormente. Pues bien, lo más adecuado sería acabar directamente con la causa dejando de fumar, puesto que mejorará tanto la salud de los animales como del propio fumador. No obstante, si esta alternativa no puede llevarse a cabo, lo más aconsejable es mantener a los animales lo más lejos posible del humo del tabaco, así como fumar en espacios abiertos y ventilados, evitando hacerlo dentro del hogar.

Otro factor importante a tener en cuenta para evitar que el tabaco afecte a los perros y gatos, es el correcto mantenimiento del mobiliario. Las sustancias tóxicas del humo pueden acumularse en superficies como alfombras o el sofá, con la que los animales tienen un contacto directo mediante la piel y los lamidos, por lo que mantenerlos completamente limpios y libres de humo es imprescindible para prevenir el desarrollo de los problemas citados en el apartado anterior.

Si eres una persona fumadora, no lo dudes y protege a tu mejor amigo ofreciéndole los mejores cuidados y, sobre todo, asegurándote de que inhala la menor cantidad posible de tabaco o ninguna. Recuerda que su salud está en juego, y la tuya también.

Fuente:  www.expertoanimal.com/como-afecta-el-humo-del-tabaco-a-los-animales-22838.html
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