El Consejo de Ética de la Cámara de Diputados de Brasil inició hoy el análisis del pedido de destitución del presidente del organismo, Eduardo Cunha, realizado por dos partidos políticos, informaron medios locales.

El presidente de la Cámara Baja, tercero en la línea jerárquica del país detrás de la presidenta Dilma Rousseff y su vice, Michel Temer, está denunciado por la Fiscalía General por sus presuntos vínculos con la red de desvíos de fondos y fraudes revelados en la estatal Petrobras.

La denuncia de la Fiscalía es por corrupción lavado de dinero. Además, Cunha está bajo sospecha de mantener cuentas bancarias secretas en Suiza, en las cuales habría dinero de sobornos recibidos por parte de empresas para conseguir contratos con Petrobras.

A comienzos de este año, al declarar ante una comisión parlamentaria que investigaba los desmanes en Petrobras, Cunha negó tener cuentas bancarias en el exterior. No obstante, en octubre las autoridades suizas enviaron a Brasil documentos que comprueban la existencia de cinco cuentas a su nombre y de sus familiares.

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El haber mentido ante sus pares en el Legislativo es el fundamento en el que se basa el pedido de impugnación de su mandato, puesto que configura lo que se llama quiebra de decoro parlamentario.
El pedido fue presentado el mes pasado por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y la Red Sostenibilidad (Redes), liderada por la ex ministra y ambientalista Marina Silva.

En esta primera sesión se eligió a una terna de diputados de la que saldrá el instructor del caso contra Cunha, que quedó integrada por José Geraldo, del Partido de los Trabajadores (PT), Vinicius Gurgel, del Partido de la República (PR) y Fausto Pinato, del Partido Republicano Brasileño (PRB), todos de la base oficialista.

El diputado José Carlos Araújo, presidente del Consejo de Ética, dijo que decidirá cuál de esos parlamentarios dirigirá el proceso esta misma semana, tras lo cual se abrirá un plazo de diez días para que Cunha presente su defensa.

«Conversaré con los tres para que me presenten un plan de trabajo y luego decidiré», dijo Araújo a periodistas.

Cunha pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del vice Temer, pero anunció hace unos meses su decisión de pasar a la oposición, a la que intenta arrastrar a esa influyente formación.
En su condición de presidente de la Cámara de Diputados, Cunha tiene la atribución de aceptar o rechazar el pedido de juicio con miras a la destitución de la mandataria, que ya fue solicitado por la oposición.

Esa petición se fundamenta en unas maniobras fiscales que el gobierno hizo para maquillar sus resultados de 2014 y que, según organismos de contraloría del Estado, han continuado este año. Según la oposición, esas maniobras constituyen un «delito de responsabilidad», que la Constitución contempla entre las posibles causas para la destitución de un mandatario.

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El gobierno, sin embargo, niega esa tesis y sostiene que Rousseff no tuvo responsabilidad directa en esas maniobras, por lo que no podría ser procesada sobre esas bases.

El instructor del juicio contra Cunha, que podría ser destituido de la presidencia de la Cámara de Diputados deberá elaborar un informe sobre el caso que luego será votado por el Consejo de Ética.

En caso de que el Consejo recomiende su destitución, el asunto deberá ser debatido por el pleno de la Cámara baja, al que le corresponderá la palabra final.

Según fuentes parlamentarias, ese proceso pudiera durar entre dos y tres meses, con lo que puede quedar pendiente para febrero o marzo de 2016, pues el Congreso estará en receso durante el mes de enero.

Cunha integra la lista de medio centenar de políticos sospechosos de haberse beneficiado de las corruptelas en Petrobras, que salpican además a una veintena de empresas privadas.
Fuente: Agencia DPA Agencia EFE