La candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, aseguró hoy que el plan económico de su rival, el republicano Donlad Trump, beneficia a los ricos, al presentar su propio programa, centrado en la creación de empleos, la obra pública y una reforma fiscal.

Cuatro días después de que Trump presentara su plan económico en Michigan, una propuesta que combina ideas clásicas de los republicanos como rebajas de impuestos y recorte de regulaciones con otras alejadas de la heterodoxia conservadora como políticas proteccionistas en comercio, Clinton optó también ese estado para hablar de su proyecto económico.

Los dos candidatos eligieron para presentar sus planes económicos un estado arduamente disputado como Michigan, más precisamente la zona de Detroit, el emblemático centro fabril que sufrió los embates de la decadencia de la industria automotriz y el mercado inmobiliario cuando estalló la crisis financiera de 2008.

En una fábrica de de la ciudad de Warren, muy cerca de Detroit, donde el republicano presentó su programa económico, Clinton anunció su plan -que tiene su núcleo central en una gran inversión en infraestructuras de 275.000 millones de dólares- y también atacó los planes de Trump, que aseguró sólo benefician a los ricos y son un peligro para la economía en general.

Es más, la candidata demócrata remarcó en su discurso la falta de «credibilidad» del proyecto económico de Trump, al remarcar que su único objetivo es «beneficiar a millonarios» como el magnate.

«(Trump) no ha ofrecido planes creíbles para encarar los problemas que afrontan las familias trabajadoras hoy. Donald Trump quiere que Estados Unidos trabaje para él mismo y sus amigos, a costa de todos los demás», advirtió Clinton, citada por la agencia de noticias EFE.

Para Clinton, el plan de Trump de rebajar los impuestos y desregulación federal devolvería a Estados Unidos «a la recesión».

La ex secretaria de Estado insistió en la necesidad de realizar la mayor inversión en infraestructura desde la Segunda Guerra Mundial, propuso un gran proyecto de obras públicas, así como derogar exenciones impositivas para empresas que envían empleos al exterior y no aumentar los impuestos que paga la clase media.

Y prometió más dinero para la educación, ofrecer acceso gratuito a la educación universitaria para las familias de bajos ingresos e impulsar la formación profesional.

Asimismo, presentándose como nieta de un obrero e hija de un pequeño empresario, Clinton denunció el plan de Trump como uno que agravará la creciente brecha de los ingresos entre los que más ganan y los que menos.

La candidata demócrata se refirió a la propuesta del candidato republicano de permitir que parte de los beneficios empresariales se declaren como ingresos individuales, con un ventajoso 15% de gravamen, hasta 25% menos que hoy en día.

Esa fórmula es común para pequeñas y medianas empresas pero se ha hecho también habitual en grandes corporaciones, incluyendo la Trump Organization, lo que significa que el plan del aspirante republicano beneficiaría a sus propios intereses, al tiempo que recordó que su rival no hizo aun públicas sus declaraciones de impuestos.

La crítica a ese plan económico pensado «para él y sus amigos» también ha incluido la propuesta de Trump de eliminar el impuesto de sucesiones, que actualmente grava en Estados Unidos con el 40% herencias de más de 5,4 millones de dólares y por el que se recaudan unos 25.000 millones de dólares al año en el país.

Clinton, que no solo propone mantener el impuesto sino empezar a aplicarlo en herencias de 3,5 millones, aseguró que con el plan de Trump la propia familia del magnate inmobiliario podría llegar a ahorrarse 4.000 millones de dólares con una medida que solo beneficia al 0,2% de la sociedad estadounidense.

Por otra parte, aseguró que se opondrá al tratado de libre comercio Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés) de vencer en las elecciones de noviembre, informó la agencia de noticias EFE

«Detendré cualquier acuerdo comercial que destruya trabajos y rebaje los salarios, incluido el TPP», afirmó la aspirante demócrata, en referencia a las insinuaciones de que podría cambiar de opinión una vez llegue a la Casa Blanca, pues defendió el pacto cuando era secretaria de Estado en el gobierno de Barack Obama.

«Me opongo ahora, me opondré tras las elecciones, y me opondré como presidenta», remarcó Clinton, sobre uno de los ejes de su campaña en el que coincide con Trump.

La candidata demócrata explicó que «demasiadas empresas han presionado para lograr acuerdos comerciales para poder vender sus productos en el extranjero y, en su lugar, se trasladaron fuera», con la consiguiente pérdida de empleos estadounidenses.

Para contrarrestarlo, Clinton dijo que planea «invertir 10.000 millones de dólares» en asociaciones «Make it in America» (Hazlo en EE.UU) para apoyar «un renacimiento manufacturero» en el país.

El TPP fue firmado a comienzos de este año por Estados Unidos y 11 países de la cuenca del Pacífico (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam), pero debe ser ratificado por los respectivos parlamentos.

El actual presidente estadounidense defendió el acuerdo y ha apuntado su intención de que sea aprobado por el Congreso antes de que su salida de la Casa Blanca al inicio de 2017, algo que cada vez parece más complicado.

En su intervención, Clinton eludió hacer referencia a la nueva polémica desatada por el locuaz magnate neoyorquino, quien aseguró anoche que Obama es el «fundador» del grupo yihadista Estado Islámico (EI)» y Clinton la «cofundadora».

«El EI rinde respeto al presidente Obama. Obama es el fundador del EI y diría que Hillary Clinton es la cofundadora», afirmó Trump en un acto cerca de Fort Lauderdale, en Florida.

La política comercial se convirtió en uno de los principales temas de la campaña electoral estadounidense, con crecientes llamados al proteccionismo comercial para proteger los puestos de trabajo en el país.

Pero también temas esenciales y sensibles como lo es la portación de armas y sus consecuencias, en un país donde en los últimos 10 años hubo más muertos por tiroteos que por ataques calificados de «terroristas» por las autoridades norteamericanas,

Dos días atrás, el candidato republicano volvió a agitar la campaña, al insinuar que los defensores de la Segunda Enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho a portar armas, son los únicos que podrían hacer algo para detener a su rival demócrata, lo que ha sido interpretado como un llamado a la violencia.

Posteriormente, Trump aclaró que se refería al poder de voto de la gente que defiende el acceso a las armas.