Por Pablo Martínez

Francia eliminó a Argentina del mundial, y lo sometió a una dura derrota, mostrando la cruel realidad futbolística de la Albiceleste. Todo lo malo que venía mostrando el equipo de Sampaoli, se sintetizaron en 45 minutos, que de ponerse arriba en el marcador terminó sin respuestas ante la prepotencia de los galos.

Y si bien el seleccionado nacional buscó el milagro hasta el minuto final, no alcanzó, no había argumentos sólidos para soñar con la gloria, porque había más puntos negativos que positivos en el balance general. Argentina solo fue muchas ganas, algo de idea en los pies de Banega, un poco de suerte y nada más. Francia tuvo a un Mbappé superlativo, que fue una pesadilla para la defensa nacional.

No es casualidad este final, se habló demasiado del nefasto camino que recorrió la AFA desde la final de Brasil 2014 hasta la triste tarde de Kazan. La falta de convicción de un entrenador (Sampaoli), que fue cambiando la idea de juego mientras se acercaba la cita mundialista, fue fundamental en el ánimo de los jugadores, que le perdieron el respeto.

Solo era una cuestión de deseo, de fe, solo eso, no se podía imaginar un futuro mejor, porque no se vislumbraba un plan de juego. Se pudo ver algo desde lo táctico en el primer tiempo ante Nigeria, y no sabemos si fue por obra y gracia del DT, o de los propios jugadores.

No caben dudas que es el final de toda una generación de futbolistas, que tuvo muy cerca de la gloria, en otras épocas, este mundial nos tenía preparado este final, porque siempre se da la lógica cuando comienzan las instancias finales.

De una vez por todas, la AFA tendrá que ponerse firme y deberá tomar una decisión a la altura de las circunstancias, se terminó el ciclo de varios jugadores y se tendrá que pensar en lo colectiva y no tanto en lo individual, es la única manera de volver a creer en un proyecto serio que nos devuelva el brillo.