Cuarenta y siete son los días que la joven Rosalía Jara lleva desaparecida y sin ninguna pista firme de lo que pudo haber ocurrido con ella, a pesar de la intensa búsqueda que se ha desplegado en Fortín Olmos y los alrededores. Sin embargo, esta semana la aparición de lo que podría ser un nuevo indicio generó una gran cantidad de expectativas. Se trata de pelos que fueron hallados en uno de los rastrillajes que se realizan en un bañado ubicado a unos 5 kilómetros del pueblo de donde es oriunda la joven y donde fue vista por última vez.

Este martes, durante el segundo día consecutivo de un exhaustivo rastrillaje que que se lleva adelante en un campo, ubicado a la altura de la ruta 83 a Santa Lucía, se divisó a un carancho que llevaba pelos en su pico. Los investigadores lograron dar con el ave y extraer la muestra. La misma fue enviada a analizar para determinar, en primer lugar, si se tratan de cabellos humanos. De confirmarse esa hipótesis, entonces, se realizarán los correspondientes cotejos de ADN.

Ayer, el único detenido por la desaparición de la joven, Juan Valdéz, accedió a realizarse un estudio del mismo tipo. Además, también fueron tomadas muestras de sangre de la pequeña hija de Rosalía para, de esta forma, realizar todos los cotejos posibles.

 

En tanto, luego del hallazgo, los rastrillajes en el bañado se intensificaron. Dicho lugar fue señalado por los abogados que representan a la querella, a raíz de una información que ellos poseían y que coincide, además, con una dato extraído del GPS del celular del sospechoso.

Al respecto, el secretario de Investigación Criminal de la provincia de Santa Fe, Rolando Galfrascoli señaló que una de las más fuertes hipótesis con la que trabajan es una pista que «ubica al sospechoso en un campo cercano a un arroyo en un momento raro», a altas horas de la noche el mismo día que resalía desapareció y en días posteriores a su desaparición. «El tema es, detalló el funcionario, que ese escenario que podría ser la escena de un crimen ha sido altamente modificado por las condiciones climáticas. Se anegó, creció el arroyo, hubo una lluvia de 100 milímetros… Ahora las aguas están bajando y, si el tiemo acompaña, tal vez podamos avanzar más firmemente en el rastrillaje».

 

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