Por Carlos Duclos, desde Madrid (España)

La solidaridad está apenada en Madrid. Y en toda España, por no decir en buena parte del mundo, que ha seguido el caso de Nadia Nerea, la niña de 11 años que padece una rara enfermedad llamada tricotiodistrofia. Es que sus padres, aprovechándose de la compasión y solidaridad de la gente, recaudaron nada menos que entre seiscientos mil y un millón de euros que se gastaron en lulos y hasta marihuana menos en el tratamiento para la niña.

Los diarios y la televisión española siguen a cada instante este caso que ha dado un golpe duro a la solidaridad humana y ha provocado pena y enojo.

Sin embargo, esta misma mañana en los hogares y bares madrileños varios periodistas han criticado a aquellos que han hecho del caso sólo un tema de rating y ventas, tratándolo con poca seriedad, y les han dicho a los donantes que entienden su dolor por haber sido estafados, pero hay mucha gente que “es buena y de fiar y que necesita de ayuda”, enfatizaron.

Una necesidad imperiosa es decirlo y subrayarlo. Especialmente teniendo en cuenta que el padre de la niña, Fernando Blanco, había resultado ser un estafador profesional y contaba entre sus antecedentes con cuatro años de cárcel por falsificación de documentos. Todo ha salido a la luz ahora, cuando se descubrieron las mentiras de los padres de la niña a partir de una investigación periodística.

Esta mañana, por orden de un juez, la niña ha sido llevada a la casa de sus tíos maternos a quienes se les ha dado la tenencia en razón de que los progenitores han sido detenidos.

En un mundo signado por tantos males, un hecho de estas características afecta a las personas de buena voluntad, pero como ha dicho Herranz en el programa “Los Desayunos”, no se puede abandonar al amor por un estafador o por cuantos sean.

La tricotiodistrofia es una enfermedad de origen genético que provoca retraso físico y mental. Buena parte del periodismo español, y debería corresponderle al periodismo de todo el mundo, se ha encargado de tratar, como asunto colateral pero importante a partir del “Caso Nadia”, el tema de las llamadas “enfermedades raras”, cuyas investigaciones están bastante retrasadas en todo el mundo.