El cabo Darío Rafael Zoilán, uno de los gendarmes que esta mañana declaró ante el juez federal de Esquel, Guido Otranto, habría efectuado «uno o dos disparos», el 1° de agosto en terrenos de la Pu Lof Leleque en Cushamen, de acuerdo con «la declaración interna que el Ministerio de Seguridad le entregó ayer, a última hora, al magistrado, según reproduce en su edición de hoy el matutino La Nación.

Según el matutino, «el Ministerio de Seguridad le entregó ayer a última hora al magistrado Guido Otranto la declaración interna del cabo Darío Rafael Zoilán, uno de los cuatro escopeteros del escuadrón El Bolsón, que reconoció haber efectuado «uno o dos disparos» con postas de goma a seis metros de distancia, a través de una barrera tupida de sauces, a un manifestante que cruzaba el río Chubut».

La información da cuenta que de acuerdo con el testimonio que el gendarme efectuara el 7 de setiembre ante Daniel Barberis, titular de la División de Violencia Institucional, Zoilán afirmó que «los disparos fueron ‘hacia arriba’ con su escopeta larga High Estándar y que el encapuchado, a quien divisó como ‘una sombra’ por su vestimenta negra o azul, logró cruzar el río. Luego -dijo Zoilán- huyó con otro manifestante en dos caballos que, con sendos jinetes a cara descubierta, los esperaban del otro lado de la ribera», según reproduce el matutino.

En el testimonio al que accedió el matutino y que hoy reproduce, Zoilán relató que «ante la lluvia de piedras que cae sobre los gendarmes, el comandante a cargo del operativo, Juan Pablo Escola, da la orden de fuego libre para los escopeteros».

«Cuando llego a la orilla del río -describió-, veo que habían dos que ya estaban cruzando. Uno, que era el que insultaba, estaba en el medio del río. El otro estaba detrás de la barrera de sauces, a unos seis metros de distancia, como tanteando por donde cruzar. Sólo se veía un bulto negro, como una sombra, que se iba moviendo porque los sauzales tapaban la visión», relató

«El agua le llegaba al manifestante hasta la cintura, y su compañero, ya avanzado en la mitad del río, lo apuraba: Dale, vení».

Zoilán contó que «se ubicó en un sector de la ribera que se abría en forma de S y que en esa primera línea también había otros 4 o 5 gendarmes, en distintos sectores del curso de agua, a los que no identificó».

Luego, Barberis- según señala La Nación- le habría repreguntado sobre esta situación: «Piense bien, le pido por favor Zoilán que piense bien porque hay un mapuche que vuelve. Uno de los manifestantes que se está yendo, llega a la mitad del río y vuelve. ¿Cuál es ese? ¿Es el que estaba de negro?», insistió Barberis.

«No recuerdo que alguno volviera. Lo que yo veía es que estaba tanteando cómo cruzar», respondió el cabo.

«Zoilán reconoció que efectuó uno o dos disparos en alto cerca de la sombra, a unos seis metros de distancia, pero aseguró que el manifestante logró cruzar, detrás de su compañero. Allí lo esperaban otros dos mapuches a cara descubierta y los cuatro se perdieron a caballo por un cerro. Ninguno llevaba binoculares», precisó, cuando se lo interrogó sobre ese detalle.

Más tarde, otros cuatro gendarmes declararon ante el juez federal de Esquel, Guido Otranto, en el marco de la causa por la desaparición del joven Santiago Maldonado, entre los que se encontraban un uniformado que fue herido en el operativo y otro que admitió haber disparado balas de goma durante los enfrentamientos con los integrantes de la comunidad mapuche.

Entre los miembros de la fuerza de seguridad que prestaron declaración testimonial ante el magistrado se destacaron Emanuel Echazú, quien labró el acta del operativo y que sufrió una doble fractura en el pómulo a causa de un piedrazo, y Darío Zoilán, que afirmó en el sumario administrativo haber disparado balas de goma.

«Los testigos han declarado libremente y todas las partes los han podido entrevistar como quisieron y le hicieron todas las preguntas que quisieron», sostuvo el abogado Gustavo Dalzone, que patrocina a integrantes de la Gendarmería Nacional.

El defensor de los uniformados afirmó que en los relatos ante Otranto fue «todo preciso y concordante».

Consultado sobre los relatos que hicieron los distintos efectivos en el marco del sumario interno de la fuerza, el letrado subrayó que «la única declaración que vale es la hecha en el Tribunal».