Por Guido Brunet

Ángel hoy se encarga de la recepción de los visitantes, Ramiro es el responsable de la comunicación, Andrés lava los platos y Patricia se ocupa de la comunicación. Y así, todos los miembros de Casa del Paraná tienen una tarea específica que realizar, cada día una diferente.

Los integrantes de la Casa del Paraná, ubicada en la zona sur de Rosario, son personas con diferentes padecimientos psíquicos que se acercan todos los días al establecimiento donde llevan adelante diversas actividades. “Nuestros miembros tienen una participación sumamente activa en el funcionamiento de la casa”, destaca Rita Larrañaga, directora de la entidad. Además, en el lugar se organizan actividades de recreación, educativas y laborales. Es que la Casa del Paraná es una asociación civil sin fines de lucro que tiene como objetivo la inclusión social y laboral de personas con diferentes problemas psíquicos.

Los integrantes pueden permanecer en la entidad desde las 9 a las 17. Allí se les propone una suerte de “jornada laboral completa”, destaca su directora. Para ello, el grupo se organiza en reuniones, donde se distribuyen las tareas, en la que los miembros eligen qué hacer. Hay trabajos de recepción, administración, limpieza, comunicación, cocina, entre otras actividades. “Todo lo necesario para que esta casa funcione es responsabilidad tanto de los miembros como de los coordinadores. Todos los espacios son compartidos”, señala Rita.

Ramiro cuenta que le gusta mucho cocinar, pero hacer los mandados “no tanto”. También realiza tareas de computación, “hago un poco de todo”, resume el joven, quien todos los días llega a la Casa del Paraná desde “una ciudad histórica como San Lorenzo”.“Acá encontré un grupo muy lindo”, dice Ramiro.

Carlos, por su parte, vive en el centro en una pensión, pero anteriormente pasó doce años internado en la colonia psiquiátrica de Oliveros. Comenta que le gusta mucho participar de la casa y confiesa que lo que más lo divierte es la cocina y la computación. Y expresa: “En este lugar trabajo, me siento bien, me tratan bien, me quieren y yo los quiero a todos”.

La directora de Casa del Paraná se encarga de aclarar que Carlos y Ramiro, como el resto de los integrantes de la casa, son miembros, no pacientes. Porque cada uno tiene su tratamiento por fuera de la casa.

La entidad se encuentra enmarcada dentro del modelo de Casa Club. Este tipo de establecimientos fueron diseñados para promover una jornada diaria participativa, la que apunta a conseguir una autonomía e inclusión social y laboral para sus miembros. Este modelo de instituciones surge en 1948 en Estados Unidos y en la actualidad existen 328 casas en treinta países del mundo. La sede de Rosario fue la primera de habla hispana en Latinoamérica. En Argentina, solamente Rosario y Gualeguaychú cuenta con este tipo de establecimientos.

«Tenemos la visión de que las personas con enfermedades mentales puedan alcanzar su potencial y desarrollar una buena calidad de vida siendo respetados como compañeros de trabajo, vecinos y amigos. Porque el diagnóstico es una parte de la personalidad, no define la totalidad de un individuo”, destaca Rita.

La Casa Club, a su vez, brinda programas recreativos y sociales. Cada mes el establecimiento ubicado en Saavedra 1263 celebra el cumpleaños de sus miembros y organiza eventos con la finalidad de recaudar fondos, como peñas folclóricas, cata de vino, pollada o venta de tortas. Otra forma para generar ingresos es a través de la campaña de socios adherentes. Donde quien quiera colaborar puede ingresar y donar de forma online. Además, hace poco tiempo se firmó un acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social municipal.

Una de las actividades recreativas son los festejos de cumpleaños de socios, amigos o vecinos. “Cada día nos fijamos y los invitamos. Si vemos que hay un cumpleaños de un vecino lo llamamos para saludarlo. Eso es un trabajo dentro de lo que es comunicación”, explica la directora de la entidad.

Programas de empleo y educación

El modelo Casa Club ofrece su propio programa empleos de transición, el que otorga a los miembros la oportunidad de retomar un trabajo remunerado. Ayudar a los miembros a encontrar y mantener puestos de trabajo es un objetivo primordial de Casa del Paraná.

“Los miembros trabajan para poder adquirir habilidades, que seguramente las tienen, pero a lo mejor después de haber estado internados y alejados un tiempo de la sociedad, es como que se adormecen. Entonces nuestro objetivo es que puedan transferir esas habilidades a otros lados. Aún si lo hacen en la casa de cada uno, que puedan cocinar, hacerse la cama, limpiar la casa. Y en el mejor de los casos, lo pueden transferir a un empleo. En ese sentido, Casa del Paraná desarrolla un programa de empleos de transición, que se da por fuera de este lugar”, resalta Rita Larrañaga.

Los trabajos son temporales, entonces cuando termina un período, otro miembro puede realizar esa misma labor. Hasta ahora los miembros se han desempeñado en un bar de la ciudad, una óptica y una distribuidora. Por supuesto, todos los trabajos son rentados.

La Casa Club también ofrece Programas Educativos, como el caso del taller de Filosofía. Los programas se planifican en función de lo que propongan los miembros y coordinadores. En este sentido, Carlos, por ejemplo, va a brindar una clase de Filosofía. “Estoy estudiando, tengo un libro de principios de Filosofía y después voy a hablar de eso, para el que me quiera escuchar”, cuenta el hombre.

A partir de la experiencia en Casa del Paraná, quienes pasan por allí desarrollan diversas habilidades sociales y laborales. «Nuestros miembros aquí pueden lograr su autonomía, confiar en sí mismos y lograr un proyecto de vida. Porque los miembros ingresan a un club donde dejan de ser pacientes para ser parte activa dentro de la comunidad. Nosotros creemos que la Casa es una muestra de la sociedad. Entonces acá se los ubica en un lugar de horizontalidad, tienen voz, participan, trabajan y restituyen los lazos sociales. Acá se sienten valorados, necesitados. Esto es fundamental para devolverle a la persona la calidad de sujeto», detalla la directora de Casa del Paraná.

Por todo lo anterior, este «hogar» representa un lugar de encuentro para sus miembros. Y cuando se les consulta qué significa la Casa para ellos, Ramiro comenta que “venir acá es algo recreativo, donde puedo encontrar compañeros y amigos”. Y Carlos sintetiza: “Casa del Paraná es como mi segunda casa”.