«No creo que la salida a la recesión vaya a ser volver a abrir los negocios», expresó contundente Monseñor Emilio Cardarelli en diálogo con Conclusión y en referencia a la reciente iniciativa que pretende hacer un ‘paréntesis’ y suspender la aplicación de la ley de descanso dominical durante el mes de diciembre a raíz de las Fiestas.

«La posición de la Iglesia siempre ha sido muy clara de apoyar el descanso dominical, fundando su postura no sólo en cuestiones de índole religiosas sino humanas. Entendemos que la fe nuestra asume y eleva lo humano», se extendió Cardarelli y agregó: «No sería bueno hacer excepciones por períodos de daño o alegando la recesión o que podría haber más movimiento por las Fiestas, tenemos que privilegiar la familia, la posibilidad de encontrarse, de poder participar del culto para las personas que sean religiosas«.

Consultado sobre una posible solución a la recesión, el vicario del Arzobispado de Rosario indicó que «los que tienen responsabilidad en la vida pública, sobre todo los dirigentes políticos, deberían sentarse, dialogar, buscar acuerdos pensando en el bien común, en el que menos tiene».

Cardarelli aprovechó también para referirse a la situación social que atraviesa el país, así como a aquellos principios que sostiene la Iglesia respecto a la economía y la pobreza.

– ¿Cómo ve la Iglesia Católica la situación social en el país? ¿Ha crecido la pobreza, se mantiene? ¿Qué recomendaciones hacia las autoridades?

– Es una situación que se ve con preocupación. Vemos que los índices de pobreza han aumentado y lo triste es que la pobreza no significa números, sino personas. Los sacerdotes que están en las zonas más carenciadas nos dicen que cada vez se acerca más gente a pedir ayuda a las parroquias.

Las autoridades y los distintos partidos políticos deberían juntarse y ver cómo hacer para que la cuestión sea más equitativa; si hay un ajuste que hacer, el peso no debería caer sobre los que menos tienen.

Finalmente destacó que «la economía debe estar al servicio del hombre y no al revés, para que el hombre se desarrolle plenamente. Si hacemos a la inversa estamos yendo contra el mismo hombre».