El presidente interino Michel Temer dijo que después de agosto viajará a varios países para incentivar las inversiones extranjeras en Brasil y sostuvo, abucheado en un acto sobre agronegocios, que su país necesita una pacificación nacional para salir de la grave crisis que aún no consiguió siquiera aliviar al cabo de una corta gestión de mínima aprobación popular, según coinciden todas las encuestas.

«Después de agosto yo pretendo viajar por varios países para incentivar la inversión extranjera en Brasil», dijo Temer en la apertura del Global Agribusiness Forum 2016, en San Pablo, donde varias personas se agolparon con carteles y sus caras pintadas para abuchearlo y reclamar efusivamente el retorno al poder de Dilma Rousseff, la mandataria suspendida tras un polémico juicio político que muchos calificaron de golpe blando.

Tradicionalmente, el primer viaje al exterior de un presidente brasileño es a Argentina, pero, según una fuente del Palacio del Planalto, el canciller José Serra presiona a Temer para que sea a China.

En el foro, el mandatario interino destacó el papel de la agroindustria en el desarrollo del país y pidió una «reunificación nacional» para garantizar los empleos en el sector y en toda la industria.

«Para recuperar el empleo, es necesario que la industria y la agroindustria crezcan, que el comercio también crezca», declaró Temer.

También señaló que «el país necesita de una pacificación nacional, de una reunificación nacional, con la interacción entre el empresariado y los trabajadores, que es el primer programa social que debe ser llevado adelante».

«El primero de los derechos sociales es el derecho al empleo y es claro que nosotros, un país económicamente de muchas caras, tenemos ricos, clase media, pobres y extrema pobreza», agregó Temer en referencia a la manutención de programas y subsidios sociales.

No obstante, a pesar de garantizar programas como Bolsa Familia, Mi Casa mi Vida y otros, que recibieron un aumento la semana pasada por parte del gobierno, el mandatario interino insistió que «no hay duda que no hay nada más indigno para un individuo que el desempleo».

En su discurso, recogido por la agencia Brasil247, Temer resaltó el papel de la agricultura, el único sector que en 2015 arrojó resultados positivos para la economía, a pesar de la contracción del 3,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).