La enmienda constitucional que congela el gasto público del presupuesto brasileño por 20 años, apenas actualizado por la inflación, fue promulgada hoy por los presidentes del Senado, Renán Calheiros, y el de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia.

En una breve ceremonia de firma de actas, fue convertido en ley e incorporado a la Constitución el nuevo régimen presupuestario que es la principal herramienta del presidente Michel Temer para reducir el déficit fiscal.

Según el ministro de Economía, Henrique Meirelles, el déficit fiscal «es insostenible» ya que según su estimación creció en promedio en los últimos 15 años un 6% por encima de la inflación.

La medida es la más polémica tomada por el gobierno de Temer asumido tras la destitución de Dilma Rousseff y fue votada por tres quintos de la Cámara de Diputados y del Senado para su aprobación.

Opositores cuestionaron que la medida afectará el sistema de salud y el presupuesto educativo, que no serán aumentados en caso de que el país pueda crecer económicamente, además de que no habrá un techo a los gastos con el pago a la deuda pública de los tenedores de bonos soberanos.

«Las reglas valen por 20 años con posibilidad de revisión en diez años. Con este límite el gobierno impide el avance descontrolado del gasto público, invierte la trayectoria de expansión de la deuda, devuelve la credibilidad y la confianza a la economía, además de poner a Brasil en la senda del crecimiento», dice un comunicado emitido por el Palacio del Planalto.