Por Guido Brunet

Fotos: Hernán Cabrera

Barrio Industrial, un lugar atravesado por gran cantidad jóvenes Ni- Ni -quienes no trabajan ni estudian-, donde la droga se encuentra presente a la vuelta de la esquina y que sufre un alto nivel de inseguridad, comenzó a experimentar un cambio. Ya que en unos pocos años la situación se modificó “sustancialmente”, según cuentan sus vecinos.

La realidad era y aún continúa siendo compleja. Pero gracias al trabajo y la constancia de los habitantes del lugar se superaron muchos obstáculos. La clave de todo fue la Vecinal Barrio Industrial.

En la vecinal se organizaron cursos de albañilería y pintura que comenzaron en el año 2014. Así, este año se conformó un equipo de trabajo para prestar estos servicios en la zona. De esta forma se constituyó un emprendimiento para refaccionar casas en el barrio con el fin de que los jóvenes puedan contar con una fuente laboral.

Aprender y despejarse

Diego Díaz hace tres años que asiste dos veces por semana a los cursos de albañilería y pintura, los que reconoce como “una linda experiencia”. Allí aprendió más que nada sobre pintura, ya que “albañilería sabía por reformar mi casa con mi familia”. Pero le pudo agregar conocimientos teóricos a la práctica que dominaba.

Otro de los alumnos es Carlos Rodríguez, quien hace dos años cursa los talleres. “Aprendemos cosas nuevas”, dice Carlos, quien destaca también la unión del conjunto: “Es un grupo muy unido”.

Pero sobre todas las cosas, Carlos remarca que los talleres para él representan una forma de “despejar la mente”. “Te olvidás de algunas cosas, y uno se puede expresar también. Ayuda en varias cosas”, acentúa Carlos.

Te olvidás de algunas cosas y uno acá también se puede expresar»

En diálogo con Conclusión, José Humberto Kruel, miembro de la vecinal, manifestó: “Desarrollamos este proyecto junto a unos jóvenes en situación vulnerable. Eran parte de los famosos Ni- Ni. Entonces la idea fue ayudarlos a desarrollarse para que puedan tener un empleo digno. Los ayudamos a terminar el secundario y también los vinculamos con empresas constructoras”, cuenta Kruel.

Este año el objetivo es afianzar el emprendimiento para que los jóvenes puedan acceder a un trabajo. “La idea es cada vecino que quiera que arreglar su casa los llame”, explica el integrante de la vecinal. Aunque es consciente de que “consiguen trabajo, el problema es que lo sostengan, así que uno intenta corregir conductas”.

Al proyecto también se sumaron alumnos de la Universidad Abierta Interamericana, donde Kruel dicta clases. Y tanto los cursos como algunas reparaciones en la vecinal realizadas por los propios vecinos y universitarios se solventan con recursos obtenidos de los planes Nueva Oportunidad e Ingenia del gobierno de Santa Fe y un subsidio de la diputada provincial Clara García.

“La manzana de tu sueño” y la seguridad

La cuestión de la seguridad es un problema recurrente en la zona. “Era un problemón impresionante”, sentencia Kruel. Pero “tres años después se mejoró sustancialmente, aunque falta mucho”, manifiesta el dirigente barrial. Y completa: “Mucho tuvo que ver este trabajo con los jóvenes. Al darle contención y un horizonte cambió mucho el barrio”.

Otra de las razones del cambio en esta cuestión fue el proyecto presentado por un conjunto de vecinos en el Concejo Municipal, el cual denominaron Plan Hartar. El programa integra a vecinos, la Policía de la provincia y Policía comunitaria.

«Al darle contención y un horizonte a los chicos cambió mucho el barrio»

Fue la única vecinal que planteó un proyecto propio. “En lugar de quejarnos fuimos con los vecinos a proponer una idea, hicimos un diagnóstico y una propuesta”. Estas iniciativas hicieron que de 2014 a esta parte se haya avanzado “sustancialmente”, según Kruel.

Por otra parte, se impulsa un proyecto que tiene como objetivo presentar una manzana del barrio “modelo”. “Queremos mostrar cómo sería la manzana perfecta, como su estuviera todo arreglado y con rampas de accesibilidad, sabemos que es factible”, se ilusiona Kruel. En el mes de junio se piensa implementar la primera manzana.

 

Avance entre todos

Por último, Kruel destaca el trabajo mancomunado de los vecinos y de las instituciones involucradas en el avance del barrio, como la vecinal, la parroquia, la Universidad Abierta Interamericana y el sector privado.

Como parte de ese trabajo en conjunto, los vecinos del barrio también pudieron recuperar el club Amigos Unidos, que, según relata Kruel “había sido apropiado para consumo de droga por parte de personas del barrio”. Entre los vecinos y la Policía se emprendió un proceso de reestructuración del club y actualmente se desarrolla allí la actividad de boxeo, principalmente.

“Interactuando todas las instituciones generamos contención y vínculos. En lugar de quejarnos preferimos articular. Pero si no hubiese una colaboración entre todos sería imposible, y así los avances son increíbles”, expresa el integrante de la vecinal.