Por Hernán Cabrera – Fotos y Video: Salvador Hamoui

En la ciudad de Cañada de Gómez, a sólo 70 kilómetros de Rosario, se encuentra la Asociación Nazareth, entidad católica que aborda la problemática de las adicciones mejorando la calidad de vida de las personas con el objetivo central de la prevención, rehabilitación y reinserción laboral y social.

Conclusión llegó hasta la vecina ciudad, donde funciona la Asociación Nazareth, y dialogó con María Eva Ferrigno, quien contó cómo trabajan y cómo toman este tema tan preocupante en la sociedad.

—¿Qué es la Asociación Nazareth?

—Nazareth nace en 1989. Trabajamos en todo lo que es asistencia, prevención, investigación y capacitación de todo lo que es la problemática de las adicciones y usos problemáticos de sustancia y conductas adictivas, tenemos 15 casas distribuidas tanto en la provincia de Santa Fe y Córdoba, donde se hace una asistencia de las personas con problemas de adicción y en su entorno social y familiar. Se hace un trabajo complejo, desde la asistencia social y terapéutica, si alguien tiene un problema se hace una evaluación a través de un equipo evaluador. Nosotros nos centramos en la persona, intentamos darle un tratamiento muy integral, no todos necesitan el mismo tratamiento, muchos hacen un tratamiento residencial de 24 horas, lo que antes se llamaba internación, también tenemos la modalidad de centro de día, centro de noche, ambulatorio, de acuerdo a la problemática que esté pasando la persona, por ejemplo si puede mantener un trabajo, si la familia lo contiene…

—¿A partir de qué edad tratan a las personas?

—Nosotros tenemos casas especializadas, por ejemplo la de Rafaela, que es de niños y los atendemos a partir de los 9 años; ellos entran con problemas de consumo, y en general en otras casas lo mínimo es de 9 años hasta 70.  Tenemos también la casa de mujeres, donde está todo el universo femenino, que comprende a las mujeres biológicas y el universo trans, además lo que es mujeres con problemas de adicciones que son madres, ahí en la casa de mujeres, el 80% son madres. Para atender este problema complejo, nosotros trabajamos con un equipo interdisciplinario, nuestra metodología es la de ser una comunidad educativa, terapéutica y  profesionalizada, todo nuestro equipo tiene una capacitación, como ser médicos, psiquiatras, psicólogos, toxicólogos, asistentes sociales, operadores socio terapéuticos calificados y profesores de distintas modalidades para dar el tratamiento lo más integral posible. Estamos trabajando mucho actualmente en capacitación laboral, que se va dando en distintas aéreas, que son las escuelas de oficios, lo que tenga salida laboral, porque en definitiva una de las cuestiones que nosotros buscamos es que la inclusión social sea desde el primer día, o sea no es un tratamiento de aislamiento, sino que el asistido y la asistida tenga contacto permanente con el mundo exterior que va enriqueciendo su mundo interior.

—¿Por lo general la recuperación es efectiva o vuelven a reincidir?

—Hay de todo, como Nazareth es una institución de la Iglesia, decimos que uno solo es el ciento por ciento, no tratamos de hacer estadísticas, lo que sí sabemos es que cuando se cumple todo el tratamiento en eso tenemos una efectividad de un 90 por ciento, que es altísima. Pero la recaída también es parte del proceso, o sea, la exposición a la realidad de un problema de adicción es parte del proceso, como es una enfermedad con diagnóstico de enfermedad mental, que tiene toda la complejidad de una enfermedad social también, lo importante es que nosotros no trabajamos con mecanismo expulsivos, sino que como son comunidades de puertas abiertas, con las recaídas podemos trabajar como parte del tratamiento.

—En estos días hay un Congreso de Adiccionología en Rosario, ¿de qué se va a tratar?

—Sí, el 15 y 16 de septiembre en la sede del Rectorado de la UNR lo organiza el departamento de capacitación, con otra institución que se llama Anima, que se aboca a la Salud Mental, organizan este Congreso, que es el tercero, y la temática es de adiccionología, donde podemos articular un mejor servicio a la problemática, tratamos que el Congreso también atraviese la espiritualidad como parte de una articulación o de una integración, desde los distintos aspectos que puede tener tanto la persona como su entorno, su familia y la búsqueda de la permanente actualización, por eso este años participan gente que viene de la neurociencia, gente que trabaja con distintos aspectos como por ejemplo la relación delincuencia y adicción, la problemática de la niñez, la asistencia en familia. Todos coincidimos que el adicto viene de una etimología que es la de ser esclavo y bueno los procesos de liberarse son los que tratamos de buscar a través de la articulación de la ciencia y la espiritualidad.

—Desde que comenzaron con la Asociación Nazareth, ¿aumentó la cantidad de pacientes que tratan?

—Sí, cuando comenzamos en general eran como minorías, hoy es como más masivos, empiezan desde más chicos, con menos desarrollo mental y corporal, cada vez se hacen adictos más rápidamente porque también influye el abandono y la soledad.

—¿Qué es lo más importante en esta problemática de la adición?

—Empezar a realizar trabajos de prevención en el tiempo y con continuidad, los chicos, los adolescentes tienen mucho más conocimiento que nosotros mismos que somos especialistas en el tema, así que no pasa por la información, sino pasa por generar espacios preventivos, con un trabajo de hormiga, porque el problema esta muy instalado, no quiero ser alarmista, porque no me gusta, pero toda la sociedad está en riesgo. Hay que capacitar, hay que trabajar con líderes positivos, que les impongan los valores de libertad, de responsabilidad, solidaridad, compromiso con el otro.