El Rainbow Warrior III (Guerrero del Arcoiris) arribó al puerto de Buenos Aires para festejar los 30 años de Greenpeace Argentina. Permanecerá abierto al público hasta mañana.

El buque es uno de los emblemas de la organización ecologista, desde donde se han realizado numerosas campañas y protestas.

Los 16 tripulantes del barco, encabezados por el capitán catalán Pep Barbal Badía, están en el Puerto de Buenos Aires para homenajear a sus simpatizantes argentinos por tres décadas de trabajo ambiental.

Los visitantes, que tienen entrada libre y gratuita, escucharán también la larga historia de la nave insignia que, entre otros episodios, incluye el hundimiento de su primera versión por parte de los servicios secretos franceses en 1985 en el océano Pacífico, donde los ecologistas buscaban detener pruebas nucleares.

Pero para los socios y voluntarios de Greenpeace, unos 140 mil en la Argentina, formar parte de la tripulación de la emblemática nave «es un sueño para el que sólo se necesita pasión», según dijo Emili Trasmonte, primer oficial en el barco.

El Rainbow Warrior utiliza energía eólica en lugar de combustibles fósiles. La forma del casco maximiza la eficiencia energética. Tiene una central de ventilación y sistema de llenado de combustible y aceites para evitar derrames. Y su pintura no es contaminante.

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