El ejército iraquí intenta doblegar a los yihadistas en la ciudad de Kirkuk, donde los enfrentamientos dejaron ya al menos 50 muertos, mientras continúan por sexto día consecutivo la ofensiva para liberar Mosul, bastión del Estado Islámico en el país.

Los choques, en la ciudad ubicada 170 kilómetros al sureste de Mosul, provocaron unos 140 heridos, en su mayoría de las fuerzas gubernamentales y kurdas. El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, ordenó enviar más refuerzos a Kirkuk, donde decenas de combatientes del EI lanzaron el viernes un ataque en el que llegaron a hacerse con el control de varias comisarías de Policía.

Asimismo, continúa la sexta jornada de la ofensiva para conquistar Mosul, emprendida por las fuerzas iraquíes y las kurdas «peshmergas», cuyo objetivo es expulsar al EI de su principal plaza en Irak, que controla desde junio de 2014.

En ese marco, soldados que responden al gobierno irrumpieron este sábado en la localidad de Al Hamdaniya, 27 kilómetros al sureste de Mosul.

Un responsable gubernamental indicó a la agencia EFE que las fuerzas iraquíes ya se han hecho con el control del hospital y del Ayuntamiento de la ciudad. Antes de la llegada del EI, Al Hamdaniya era el mayor núcleo cristiano de la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, con un 80 por ciento de la población profesando este credo.

También vivían en las zonas árabes suníes y miembros de las minorías religiosas shabak y kakaia, que han sufrido asimismo la persecución de los extremistas del EI.