Sin la presencia del presidente Mauricio Macri, allegados y familiares del ex fiscal Alberto Nisman realizarán hoy frente a la Plaza de Mayo un acto para rendirle un homenaje al cumplirse dos años de su confuso fallecimiento.

La concentración tendrá lugar a las 18 en la puerta de la Unidad Fiscal de Investigación del Atentado a la Amia (Hipólito Yrigoyen 460), el organismo del Ministerio Público que encabezara hasta su muerte y que investiga el ataque a la mutual judía.

A su vez, la Organización de Latinoamericanos en Israel (Olei) inaugurará un monumento de Nisman en la ciudad israelí de Naharía, a las 12.30 de la Argentina.

Los oradores del acto de la tarde, convocado bajo los lemas «Justicia por Nisman» y «Donde hay memoria, hay justicia», serán el fiscal Germán Moldes, el escritor Federico Andahazi, y Luis Czyzewski, padre de Paola, víctima del atentado a la Amia.

El diputado macrista Waldo Wolff, que colaboró con la organización del evento junto al fiscal Ricardo Sáenz, señaló que se eligieron oradores «ajenos a cuestiones partidarias» para que la convocatoria sea lo más amplia posible, más allá de «cualquier diferencia política».

«Es un acto que promueve valores básicos de la civilización. Manifiesta respeto ante la muerte de alguien», sostuvo.

Más allá de la ausencia de Macri, tampoco concurriría la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien había estado en el acto por el primer aniversario del deceso de Nisman.

Tampoco se esperan, en principio, las presencias de los ministros Germán Garavano (Justicia y Derechos Humanos) ni Patricia Bullrich (Seguridad), mientras que sí concurriría el jefe de la cartera de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el rabino Sergio Bergman.

La madre del ex fiscal, Sara Garfunkel, avisó que no podrá asistir a la cita, pero hizo llegar una carta en la que agradece el homenaje a su hijo, a quien definió como «un valiente fiscal que luchó y puso lo mejor de sí, entregando su vida misma en la búsqueda de la verdad por el esclarecimiento de un acto de barbarie».

En 2016, en ocasión del primer año del fallecimiento de Nisman, que había tenido lugar en la Plaza Alemania de la Capital Federal, habían asistido Michetti; el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta; y Patricia Bullrich.

Nisman fue hallado sin vida en su departamento de Puerto Madero, horas antes de que se presentara ante la comisión de Legislación Penal del Congreso Nacional a aclarar el contenido de su denuncia contra la ex presidenta Cristina Kirchner por un supuesto pacto de impunidad para encubrir a los sospechosos iraníes de haber perpetrado el atentado terrorista a la sede de la Amia ocurrido en 1994, que dejó 85 muertos.

La denuncia de Nisman, reabierta semanas atrás por un fallo de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, que dejó la causa en manos del juez Ariel Lijo, involucra no sólo a la ex mandataria sino también al ex canciller Héctor Timerman, al diputado camporista Andrés «Cuervo» Larroque, a los dirigentes Luis D’Elía y Fernando Esteche, entre otros.

«Cuando pudimos romper el cerco que habían armado entre el juez (Daniel) Rafecas, los camaristas (Eduardo) Freiler, (Jorge) Ballestero y (el fiscal Javier) De Luca, la Cámara Federal de Casación Penal dijo de manera unánime que la denuncia de Nisman era verosímil, plausible y coherente. Es una demostración de que la República funciona», celebró Wolff.

En tanto, el vicepresidente primero de Amia, Ralph Thomas Saieg, remarcó en un comunicado que el segundo aniversario de la muerte del fiscal «entristece a toda la sociedad por la falta de certezas acerca de lo que sucedió aquel fatídico 18 de enero de 2015», por lo que consideró «un deber y un imperativo seguir reclamando por el esclarecimiento».

Por su parte, el presidente de la Daia, Ariel Cohen Sabban, advirtió esta semana que «no se puede dilatar más» la investigación judicial sobre la muerte de Nisman, dado que «la ciudadanía debe estar tranquila que aquellos que tienen que dar justicia, la den».

Hasta el momento no se ha podido determinar fehacientemente en la Justicia las circunstancias de su fallecimiento: si fue producto de un suicidio voluntario, de un suicidio inducido o de un asesinato, lo cual está ahora en manos de la Justicia federal.

El único imputado, por el momento, es el técnico informático Diego Lagomarsino, que fue quien le entregó el arma desde la que salió el disparo fatal.