Por Marina Vidal 

La avenida Alberdi no es la misma. El paisaje se modificó y el motivo trajo controversias. En el marco de la etapa final de los trabajos para la implementación del Movibus Norte, Conclusión realizó un relevamiento de la opinión de vecinos y comerciantes para saber de qué lado de la vereda están, es decir, si les parece positiva o negativa la inversión del municipio en esta arteria fundamental en la ciudad.

Patricia, vecina del barrio de zona norte, destacó como punto a favor que se ocuparon de mejorar el aspecto de la avenida “que estaba bastante abandonada a pesar de ser una calle importante que conecta la ciudad con varios puntos”.

“No me queda muy en claro si va a mejorar el tránsito o lo va a empeorar, primero porque la gente todavía no entiende como es manejarse. Además, el tránsito en algunos horarios está muy desordenado y pasan de ir a toda velocidad a embotellarse. Otro punto es que los chicos que salen de la escuela tienen que cruzar la calle para tomar los colectivos y a pesar de que hay semáforos, muchos automovilistas no lo respetan cuando hay embotellamiento”, describió.

A su vez, la mujer dudó de la seguridad del corredor cuando comience a desarrollarse el servicio. “Los zorros por acá no se ven y si no hay alguien que organice y ordene va a ser un caos. Por otro lado, la construcción no me parece agradable; la estructura no está bien diseñada, no hay bancos para sentarse, no hay reparo como hay en la vereda, el viento pasa sin nada que lo pare, la lluvia menos, la gente se va a empapar”, siguió remarcando Patricia.

Y cerró: “En definitiva, hay muchas cosas confusas, muchas cosas mal hechas y en el medio nosotros los vecinos, que esperamos que arranque para corroborar como funcionará”.

Alicia, comerciante de la Avenida, sostuvo que fue un desastre la construcción. Desde que comenzó la obra que les complicó la vida y las ventas de su negocio. Les prometieron que iban a arreglar las veredas y lo “único que hicieron fue emparchar”.

“Se equivocaron en un montón de cosas y tuvieron que romper lo que supuestamente habían arreglado. Creo que va  a ser muy inseguro para la gente mayor, además como los colectivos no pueden modificar la puerta, el coche va a circular en contra mano al llegar a la parada”, declaró la comerciante.

También, Alicia resaltó que al no poder estacionar cerca de su negocio va a perder clientela. “Aquel que logre estacionar va a tener que hacer un curso para salir o esperar como yo el otro día media hora. Entre el Banco, la Escuela, los semáforos y la disminución de manos, no se puede retomar la calle”, finalizó.

Pablo, dueño de La Cubana resaltó que lo mejor que vio con esta inversión es que después de mucho tiempo se embelleció la avenida que estaba “bastante venida a menos”. “Yo quisiera verla funcionar, no estoy muy convencido de que sirva mucho, vamos a esperar. Creo que en líneas generales podía ser razonable pero no me convence el estacionamiento de frente y los lugares angostos donde se baja la gente”, dijo.

En tanto, distinguió que comercialmente puede ser favorable desde el punto de vista que la gente tiene que agruparse en las paradas y esto, traerá más flujo de personas en la zona.

“Lo bueno sobre todo es que si se mantiene así, las luminarias de led y los árboles sigan podándose va a ser más luminoso y seguro”, concluyó el comerciante,

Con su bolso de compras y el monedero en mano, Conclusión habló con Porota, quien definió al barrio como “su avenida Alberdi”.

“Acá cuando se comienza una obra de estas la gente piensa que es todo negativo. Cuando Carballo abrió bulevar Rondeau, que en ese entonces era como es calle Oroño, los vecinos hicieron un escándalo bárbaro. Mira si ahora no estuviese Rondeau abierto. Esto es lo mismo, si bien para nosotros los viejos no es tan bueno porque se nos complica cruzar la calle, para las generaciones que vienen va a ser mejor, o por lo menos eso es lo que esperamos”, exclamó clara y concisamente la vecina que siguió su camino a hacer los mandados.

Por su parte, Mingo el diariero, consideró que la obra no está mal, pero para él, “el pueblo no está educado para manejar como se debe”.

“Por ahora es un quilombo, por eso hay que esperar a que comience a funcionar para ver que resulta. Por lo menos emparcharon las veredas y pusieron luces donde era muy oscura y estaba abandonada hace 40 años. La municipalidad no le preguntó a nadie ni pidió sugerencias a ningún vecino. Que lo sepan los que conforman la asociación de comerciantes es otra cosa pero son minoría. Al resto, nada”, exclamó Mingo.

Hilda, que esperaba para comprar el diario, se sumó al comentario y quiso opinar también. “Si bien han hermoseado la avenida hay que resaltar que el barrio no es sólo la avenida, hay calles transversales que no se tienen en cuenta, que llueve y se inunda, se llena de barro, no hay suficiente luz. Y pagamos unos impuestos altísimos que no se traducen en los arreglos, los que vivimos en la avenida y los que viven en las calles transversales pagamos lo mismo”, declaró.

Las empleadas de una relojería que se encuentra bien enfrente de una de las paradas, contaron que todo el mundo se queja. “Hay que ver cómo funciona cuando esté terminado. Mientras construían fue un trastorno, había mucho ruido, tardaron el doble porque hicieron mal las plataformas y tuvieron que rehacerlas, fue un caos”, dijeron.

En tanto, Juan Daniel Llan, encargado de un local que forma parte de la Asociación de Comerciantes del Paseo Alberdi, sostuvo que se está haciendo una obra con buena terminación y tiene fe en que va a funcionar bien.

Desde el primer día el municipio nos pidió opinión, solo tuvimos que compatibilizar criterios”, aclaró. Según el comerciante hay vecinos que están a favor y en contra pero con el tiempo se corroborará si funcionó o no.

Por último, Conclusión dialogó con uno de los verduleros del barrio quien desde el primer momento se mostró preocupado. “A mí me mató”, comenzó relatando.

Y continuó: “En mi caso sacaron los ocho lugares de estacionamiento que tenía enfrente del negocio, ya con eso me mataron. Yo trabajo mucho con la gente de paso, de otros barrios. Las personas venían, estacionaban, compraban y se iban para Parque Field, Baigorria, La Florida, entre otros barrios; ahora, si no tienen donde parar, no me van a venir a comprar a mi”.

Con tono abatido aclaró que espera que al finalizar las obras “levante un poco” porque ahora vende el “400 por ciento menos”.

“No le preguntaron a nadie antes de hacer esta mamarrachada, son cuatro los que pertenecen a esa asociación y seguro obtienen algún beneficio”, concluyó.