“El beato Tomas Moro es más importante en este momento que en cualquier otro momento de su vida, puede que también más que en el gran momento de su muerte; pero todavía no es tan importante como será dentro de un siglo. Entonces, tal vez sea considerado el más grande de los ingleses, o por lo menos el más grande de los ingleses que actuaron en la historia”: así definió G. K. Chesterton en uno de sus artículos al protagonista de la obra que presentamos.
El académico italiano Miguel Cuartero Samperi ofrece este ensayo biográfico, ‘Tomás Moro. La luz de la conciencia’, en el que no solo se centra en la sucesión de acontecimientos en la vida del mártir, sino que tiene en cuenta todos los aspectos de su vida y nos presenta a un santo que nos enseña que ningún lugar está excluido de la presencia de Cristo y que los laicos tenemos la responsabilidad de ser testimonio en todos los ambientes.
Por otro lado, el autor trata en la obra el tema de la conciencia. Tema que, hoy en día, ha pasado a entenderse desde una clave individualista por la cual, la conciencia coincide con los intereses particulares del yo. Sin embargo, el autor nos explica que, para Tomás Moro la conciencia fue lugar de escucha; escucha en la que se sacrifica el yo en favor de la llamada de la Verdad, en favor de la voz y de la voluntad de Dios.
En la obra destacan también aspectos de la vida de Tomás Moro que muchas veces son olvidados: los tres años que pasó en la Cartuja de Londres dedicados al estudio y a la oración, su estudio de la filosofía, comparado con la filosofía de Sócrates y desarrolla en profundidad su labor política.
La obra nos ofrece una oportunidad de reflexión y profundización en estas cuestiones; como dice Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en el prólogo del libro: “Tomás Moro manifiesta de manera particularmente adecuada para nuestra época, tan reacia a cualquier conformismo, el sentido de la justicia, la fecundidad política, el sentido de la Tradición, de las costumbres y de la moral”.
