Arrasan en las redes sociales y están convencidas de que es más fácil difundir el mensaje de Dios a ritmo de rock: son «Siervas», el grupo de monjas rockeras que hará bailar a miles de peregrinos durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará este mes en Panamá.

«Pertenecemos a una congregación en la que la música siempre ha estado muy presente, pero en 2014 coincidimos en esta misión varias hermanas con inquietudes musicales y decidimos formar el grupo», cuenta en una conversación telefónica con Efe la hermana Dayana Cobos, originaria de Ecuador y una de las vocalistas de la banda.

Desde entonces, estas nueve religiosas de la congregación Las Siervas del Plan de Dios, radicada en Perú, ya han grabado una treintena de temas, han dado conciertos por todo el continente y se han ganado el apelativo de las «Sister Act latinas», en referencia a la película que protagonizó Whoopi Goldberg en los años 1990.

Su primer viodeclip, «Confía en Dios», acumuló más de 1,7 millones de visitas en Youtube y, el más reciente, «Hoy despierto», ya supera los 2 millones de visualizaciones.

«Tocamos rock, latin pop y en ocasiones baladas. Tratamos de fusionar instrumentos clásicos y modernos. Yo, por ejemplo, toco el violín, pero también hay una hermana que toca la batería y otra la guitarra eléctrica», explica la hermana Arisa Cárdenas, de Japón.

Su próxima parada es Panamá, donde ofrecerán varios conciertos y amenizarán a los miles de jóvenes que acudirán al país a reunirse con el papa Francisco entre el 22 y el 27 de enero.

La JMJ es uno de los eventos más importantes de la Iglesia católica, que se organiza cada tres años y que por primera vez se celebra en Centroamérica, una región que solo ha recibido la visita del papa Juan Pablo II en 1983 y 1996.

«Estamos muy nerviosas. Además de los conciertos en las distintas tarimas, vamos a tocar también en una cárcel de mujeres», indica la hermana Ivonne Fuentes, de Chile, guitarrista y autora de la mayoría de los temas del grupo.

Las canciones, apunta la religiosa, hablan de las experiencias que han vivido en las distintas obras sociales de la congregación, lanzan «mensajes de ilusión» y «cuentan historias de pequeños héroes».

«No nos dirigimos solo a las personas que creen en Dios. Hoy en día en el mundo hay una necesidad muy grande de amor, de esperanza, de alegría», agrega la hermana Ivonne.

Las religiosas, que se definen como «monjas del siglo XXI», defienden el poder evangelizador de la música y confían en recuperar a los jóvenes que están abandonando la fe católica con ritmos «modernos» y una presencia muy activa en las redes sociales.

Sus canciones están disponibles en Spotify, iTunes y Youtube y actualizan casi a diario sus perfiles en Instagram, Facebook y Twitter, donde acumulan cerca de 200.000 seguidores.

«Como dice el papa Francisco, queremos llegar a todas las periferias, es decir, aquellos lugares alejados de Dios, a los que a veces no se puede llegar solo con la palabra», cuenta Dayana.

«Las sociedades han avanzado y se necesita responder a esos cambios», añade la hermana Arisa.

No cobran por sus conciertos, solo reciben de vez en cuando donaciones que invierten en la obras sociales de la congregación, y se suben al escenario con el hábito religioso al completo: «No seríamos las mismas sin el hábito», reconoce entre risas la guitarrista.

El grueso del grupo proviene de Latinoamérica, un continente que está viviendo el avance de otras iglesias, como la evangélica, de ahí que las «Siervas» celebren el interés que está mostrando el papa Francisco por la región.

«Dios sabe a quien pone a la cabeza (de la Iglesia) y en qué momento. Es muy hermoso que haya querido que actualmente el papa sea latinoamericano», concluye la vocalista.