El papa Francisco reconoció su «vergüenza» y «sufrimiento» ante «el fracaso» de la Iglesia por no haber afrontado de forma adecuada «los crímenes innobles» del clero en Irlanda, durante su discurso ante las autoridades políticas y civiles de este país.

El pontífice dijo en su primer discurso, pronunciado en el Castillo de Dublín, que no puede evitar «reconocer el grave escándalo que ha causado en Irlanda el abuso de menores de edad por parte de miembros de la Iglesia que estaban encargados de protegerlos y educarlos».

«El hecho de que las autoridades eclesiáticas -obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros- no afrontaron adecuadamente estos repugnantes crímenes con justa razón ha dado lugar a indignación y sigue siendo una fuente de dolor y vergüenza para la comunidad católica», señaló el pontífice para agregar: «Yo mismo comparto esos sentimientos».

«La Iglesia en Irlanda ha desempeñado en el pasado y en el presente un papel en la promoción del bienestar de los niños que no debe quedar tapado» por estos hechos, recalcó el pontífice, de 81 años.

Francisco alabó la «intervención franca y decisiva» de su predecesor, Benedicto XVI, para hacer frente a la crisis de los abusos clericales.

Al dar la bienvenida al Papa, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, dijo en su discurso que Irlanda tiene un «herencia amarga y rota» de abusos que ha dejado un «legado de dolor y sufrimiento, una historia compartida de pena y vergüenza».

Varadkar llamó al Papa a que aproveche su influencia para que «la justicia y la verdad» se impongan y que no se repitan «los crímenes indescriptibles perpetrados y encubiertos por personas con el fin de proteger la institución [eclesial]».

Varadkar insistió en la necesidad de que después de las palabras sigan los hechos. «Le pedimos que escuche a las víctimas y los supervivientes. Sabemos que usted lo va a hacer», afirmó el primer ministro tras recalcar que las «heridas siguen abiertas».

El motivo de la visita es el Encuentro Mundial de Familias que se celebra esta semana en Irlanda. El último papa en visitar el país fue Juan Pablo II hace casi 40 años en un momento muy distinto, con la Iglesia como una poderosa institución no cuestionada.

Fuente: www.ambito.com