El Papa Francisco recibió en audiencia a los empleados del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano y saludó a los trabajadores de Vatican News. A pesar de que tenía un discurso preparado, decidió hablar espontáneamente y expresar así “lo que tiene en el corazón sobre la comunicación”.

Es por ello que entregó el discurso a los miembros del Dicasterio, asegurando que era un discurso que más que para ser pronunciado era para ser leído y reflexionado de manera personal.

Francisco se centró en tres puntos durante su discurso. Lo primero que dijo fue que la comunicación no es un trabajo de oficina, sino “tomar del Ser de Dios y tener el mismo comportamiento, la misma actitud” y esto, puntualizó, “no lo debemos olvidar: se comunica con el alma y con el cuerpo, se comunica con la mente, con el corazón y con las manos, se comunica con todo”.

En este sentido recordó que el verdadero comunicador da todo de sí mismo: “Como decimos en mi tierra, mete toda la carne en el asador” pero la comunicación más grande – puntualizó – “es el amor”, “cuando en el amor se ve que es la plenitud de la comunicación: el amor a Dios y nuestro”.

También señaló que nunca deben hacer “proselitismo”: “Yo quisiera que nuestra comunicación sea cristiana y no factor de proselitismo. No es cristiano hacer proselitismo”. Y aprovechó para citar aquella frase pronunciada por Benedicto XVI cuando dijo: “la Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”. Esto quiere decir, continuó el Papa, “por testimonio”: “Si ustedes quieren comunicar una verdad sin la bondad y la belleza: párense, no lo hagan. Si ustedes quieren comunicar una verdad sin involucrarse, sin testimoniar con su propia vida, con la propia carne, párense, no lo hagan”, les aconsejó. “Siempre tiene que estar la firma del testimonio en cada una de las cosas que hacen”.

La segunda cosa sobre la que el Papa se centró fue sobre esa resignación, que tantas veces entra en el corazón de los cristianos, en este mundo pagano, que no es una “novedad” señala el Papa, pues “el área de mundanidad no es una cosa nueva del siglo XXI, siempre ha sido un peligro, siempre ha sido la tentación y siempre ha sido el enemigo”.

En este sentido, Su Santidad aseguró que la resignación, en la derrota cultural, viene del mal espíritu y no de Dios: “No es espíritu cristiano la lamentación y la resignación”. Así mismo dijo que no hay que ensimismarse con la tentación de la resignación ni tener miedo de ser pocos: “somos pocos, pero no pocos como aquellos que se defienden porque somos pocos y el enemigo es más grande, somos pocos como la levadura, como la sal. Y esta es la vocación cristiana”. También dijo que somos pocos, pero “con las ganas de misionar y de hacer ver a los demás quienes somos, con el testimonio”.

La tercera y última cosa que dijo a los miembros del Dicasterio dedicado a la Comunicación del Vaticano fue que le da cierta “alergia” cuando escucha frases como “esto es una cosa auténticamente cristiana”, o “esto es verdaderamente así”. Para Francisco, no hace falta decir “ autentica”, pues solamente el sustantivo cristiano, soy de Cristo “es fuerte”.

“Hemos caído en la cultura del adjetivo, del proverbio y hemos olvidado la fortaleza de los sustantivos” dijo el Papa y explicó que el comunicador “tiene que hacer entender el peso de la realidad de los sustantivos que reflejan la realidad de las personas, y esto es la misión de comunicar, comunicar con la realidad sin edulcorar con los adjetivos y los proverbios”. Además, explicó que esta “Cultura del adjetivo” había entrado en la Iglesia y es por ello que exhortó a que realizaran una comunicación “”austera, pero bonita”.