La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) nombró finalmente a los obispos que integrarán la «Comisión Episcopal para el sostenimiento de la acción evangelizadora de la Iglesia», dado el reemplazo «gradual» de los aportes que recibe la Iglesia del Estado, un apoyo que en 2018 alcanzó los 130 millones de pesos.

Presidirá la comisión monseñor Guillermo Caride, obispo auxiliar de San Isidro y serán miembros por la Región NOA, Florencio Félix Paredes Cruz, obispo Coadjutor de la Prelatura de Humahuaca; por la Región Cuyo, monseñor Marcelo Fabián Mazzitelli, obispo Auxiliar de Mendoza y por la Región Platense, monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi, obispo de Nueve de Julio.

Por la Región NEA integrará monseñor Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes; Litoral, Sergio Alfredo Fenoy, arzobispo de Santa Fe; Buenos Aires, Joaquín Mariano Sucunza, obispo Auxiliar de Buenos Aires.

En tanto por la Región Patagonia será Alejandro Pablo Benna, obispo Auxiliar de Comodoro Rivadavia y de la Región Centro, monseñor Pedro Javier Torres, obispo Auxiliar de Córdoba.

Las designaciones tuvieron lugar de acuerdo a lo decidido y durante la última Asamblea Plenaria y fueron firmadas por monseñor Carlos Malfa, obispo de Chascomús y secretario general de la CEA. .

Los obispos habían señalado que pasarán a sostener el culto a partir de «la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común».

En un comunicado explicaron que «los obispos han confirmado aceptar el reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común».

La nueva Comisión Episcopal trabajará en la creación de un «fondo solidario y la continuidad del diálogo con el Gobierno Nacional, consensuando diversas alternativas que facilitarán este reemplazo» de fondos.

De esta manera, el plenario de obispos confirmó el cambio del actual sistema de sostenimiento de culto, algo que la conducción de la Iglesia venía estudiando hace meses con la Casa Rosada en hermetismo.

Los obispos están dispuestos a fortalecer nuevas vías de financiamiento que aumenten los recursos obtenidos por los aportes de colectas y la ayuda de organismos católicos internacionales, algo que ya venían analizando con representantes de la secretaría de Culto de la Nación y la Jefatura de Gabinete.