El nacimiento de Jesús, la encarnación del hijo de Dios como hombre, fue un hecho sobrenatural. Hubieron muchos mensajes que anunciaron el nacimiento del Señor. Fue preparado con mucha antelación y anunciado a todo el orbe. Pero antes que eso, hubo un signo mucho más impresionante, que fue la Estrella de Belén.

El Antiguo Testamento tiene muchas profecías sobre el nacimiento de Jesús. Pero también hubo una serie de mensajes directos, en la propia época, en Jerusalén, en Roma, el centro de imperio, y otros sitios, anunciando el nacimiento de Jesús, y que son poco divulgados.

Profecías sobre el nacimiento de Jesús en el antiguo testamento. En el Antiguo Testamento hay cientos de profecías sobre Jesús, sobre su nacimiento, su misión, su pasión, su muerte, su resurrección, su reinado.

Es bueno recordar algunas profecías sobre el nacimiento de Jesús que están plasmadas en el Antiguo testamento.

Ya en evangelio de san Juan 5: 39, Jesús dice a la gente de su tiempo:

“Escudriñad las Escrituras ya que en ellas esperáis tener la vida eterna; ellas testifican de mí”.
Las profecías más relevantes del Antiguo Testamento que predicen el nacimiento de Jesús y que son recogidas en el Nuevo Testamento son estas:

Cristo saldría de Israel (Num 24:17-19, Isa 11:1,49:7, Heb 7:14).

Cristo sería descendiente de Abraham, Isaac, Jacob (Gen 12:2;17:19; Num 24:17).

Cristo nacería en la familia de David (Gen 49, Isa 11, Rom 1:3).

El tiempo de Su venida fue especificado (Dan 9:25, Lc 1:31).

Nacería en Belén (Mica 5:2, Mt 2:1,6, Lc 2:4,11,15).

Cristo nacería de una virgen (Isa 7:14, Lc 1:27, Apoc 12:5).

El Mesías sería Dios manifestado en la carne (Isa 9:6, 1Tim 3:16, Heb 10:5).

Los niños de Belén serían asesinados (Jer31:15, Mt 2:17-18).

La venida de Cristo sería anunciada por un mensajero (Isa 40:3-5, Mt 3:3,11:10,Mc 1:2, Jn 1:23).

La escritura menciona que el nacimiento de Cristo sucedió exactamente en el momento correcto, porque fue planificado desde el inicio de los tiempos.
Por eso leemos en la 1ª carta de Pedro que la venida de Jesús fue predestinada antes de la creación del mundo, pero apareció en la carne al final de los tiempos para nuestra salvación.

Y San Pablo dirá en Hebreos 1 que Dios se comunicó con con la humanidad a través de los profetas en muchas ocasiones y también comunicó la venida de su hijo.

Estos mismos conceptos sobre el nacimiento en el momento correcto se pueden leer en Marcos 1:15, Romanos 5: 6, Gálatas 4: 4, Efesios 1:10, Hebreos 9:26.

Los sucesos en el mundo, que provocó el nacimiento 

Ana Catalina Emmerich también relata las visiones que tuvo sobre cosas que sucedieron en el mundo cuando el nacimiento de Jesús.
Ella cuenta que vio una insólita alegría entre la gente de buena voluntad en todo el mundo, pero temor en los corazones de los perversos.

También vio que los animales se alegraban dando saltos y las flores y plantas reverdecían y exhalaban más perfume.

Vio brotar fuentes de agua de la tierra, especialmente cerca de la gruta del nacimiento.

Tuvo visiones de varios grupos de pastores abordados por ángeles quienes le comunicaban la buena nueva.

Vio un grupo de pastores sobre los que descendió una nube luminosa y apareció un ángel diciéndoles,

“No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo de Israel.

Os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo, el Señor.
Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre”.

Mientras otros ángeles cantaban “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres…”.

Vio que los estaban presentes en el templo de Jerusalén tenían visiones del nacimiento.

Entre ellos menciona a la maestra de María llamada Noemí, a Simeón y a la profetisa Ana, a quién le fue comunicado el lugar del nacimiento en Belén.

Presenció que los rollos de las escrituras de los saduceos saltaban de su lugar en las bibliotecas, lo que los atemorizó, considerando que se trataba de una brujería.

También observó la alegría Juan Bautista en los brazos de su madre.

Fue testigo además de varios sucesos extraordinarios en Roma.

Una estatua de Júpiter cayó de su pedestal y se destruyó, porque se le cayó el techo del templo encima.

Esto causó temor en la población qué preguntaron al ídolo de Venus cuál era el explicación, y el ídolo le respondió,

“Esto ha sucedido porque una Virgen ha concebido un Hijo sin dejar de ser virgen; y este Niño acaba de nacer”.
También otro ídolo dio el mismo mensaje en el lugar donde brotó una fuente de aceite, en el barrio de los judíos.

Dice Sor Catalina que en ese lugar luego se dedicó una iglesia a la Madre de Dios.

El emperador romano tuvo una visión en el cielo de una Virgen sobre un arcoíris y un niño que parecía salir de Ella.

Inmediatamente consultó a un oráculo qué le dijo que había nacido un niño al que debían adorar y homenajear.

Entonces el emperador hizo erigir un altar dedicado al primogénito de Dios, ofreciendo sacrificios.

Un ídolo que profetizaba oráculos en Egipto de repente enmudeció y el Faraón hizo sacrificios para conocer el motivo del silencio.

Lo que obligó a hablar al ídolo, que dijo que debía desaparecer porque había nacido el Hijo de la Virgen.

Y allí El faraón levantó un templo en su honor y en el del niño.

También la Emmerich menciona visiones sobre los Reyes Magos, a quienes define como Magos observadores de los astros.

Relata que los magos vieron un arcoíris y a la virgen sentada sobre la media luna, con espigas de trigo a la derecha y cepas de vid a la izquierda.
Y delante de la Virgen se elevó un cáliz de donde vio salir al niño.

Luego del costado derecho del niño salió una rama, de la que emergió una iglesia y la virgen hizo entrar al cáliz, al niño y a la hostia en la iglesia.

Y posteriormente vio que la iglesia se transformó en una especie de Jerusalén Celeste.

Los tres mensajes en Roma

Hay por lo menos tres conexiones interesantes entre el nacimiento de Cristo y Roma:
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– una es la profecía de la Sibila del nacimiento del niño hebreo;
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– otra es la aparición de María al emperador con ese niño;
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– y otra, la fuente de aceite que brotó en el barrio de los judíos.

LA PROFECÍA DE LA SIBILA
El reinado romano de César Augusto fue una era de paz, prosperidad y felicidad.

Augusto tomó un censo imperial durante esta era de paz, momento en que cerró el templo de Jano, por tercera vez, a los cuarenta años de su reinado.

El Príncipe de la Paz nacería en este paréntesis histórico de paz.

Según San Beda el Venerable

“Un amante de la paz, Él iba a nacer en el momento del silencio más profundo.

Y no podía haber ningún indicio más claro de la paz que se levantara un censo en todo el mundo; Augusto reinó en el momento del nacimiento de Cristo por una docena de años en la mayor paz, la guerra se arrullaba hasta dormir en toda el mundo”.

La tradición sostiene que César Augusto recibió la información del oráculo de la Sibila Tiburtina que un niño hebreo haría silenciar todos los oráculos de los dioses romanos.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA CON EL NIÑO JESÚS

La tradición también registra que la Santísima Virgen María, con el Niño Jesús en sus brazos, apareció a César Augusto en la colina de Capital.

Augusto reconoció que esta visión correspondía a la Profecía sobre el niño hebreo.
En respuesta a esta aparición de María y Jesús, Augusto edificó un altar en el Capitolio en honor de este niño con el título Ara Primogeniti Dei, que significa “Altar del Primogénito de Dios.”

Más de trescientos años después, el emperador cristiano Constantino el Grande construyó una iglesia en este lugar de la aparición y el altar, que se llama Basílica Sanctae Mariae de Ara Coeli, que significa “Basílica de Santa María del Altar del Cielo”.

Ver también para mayor información Nuestra Señora de Araceli, España ( 2 de mayo).

Si se visita la iglesia de hoy, va a observar murales de César Augusto y la Sibila Tiburtina pintados a ambos lados del arco sobre el altar mayor.

Estas imágenes recuerdan el oráculo, que profetizó el advenimiento de la palabra hebrea “Primogénito de Dios.”

En el siglo XV, esta iglesia se hizo famosa por la estatua del Niño Jesús tallado en madera de olivo tomada del Jardín de Getsemaní fuera de Jerusalén.

La relación de la iglesia con el nacimiento de Cristo, la hizo un lugar apropiado para la devoción a la infancia del Salvador.

EL CHORRO DE ACEITE EN LA PLAZA DE TRASTEVERE
Mientras tanto, en el barrio judío de Roma, el día del nacimiento de Cristo, una fuente de aceite brotó de la tierra en la taberna de un hombre en lo que hoy se llama Trastevere – la región al sur del Vaticano y al oeste del río Tíber. Esta fuente de aceite reveló a los Judíos de Roma que el Mesías había nacido, por fin, desde que Mesías o Cristo significan “ungido con aceite.”

Al día de hoy, la Iglesia de Santa María in Trastevere marca la ubicación.

El emperador Septimio Severo, quien reinó desde el año 193 a 211, concedió la ubicación a los cristianos.

En el año 220, el Papa San Calixto I estableció el sitio como una iglesia, y sus reliquias aún permanecen bajo el altar mayor de la iglesia.

La iglesia ha sido reconstruida varias veces y todavía se puede visitar hasta el día de hoy.

Fuentes: