La Iglesia greco católica ucraniana, una de las comunidades cristianas más en sintonía con el Vaticano, anunció que desde este año festejará la Navidad el 25 de diciembre, y ya no el 7 de enero, para marcar distancia de la Iglesia ortodoxa rusa, una institución considerada cercana a los intereses de Moscú.

«A principios de 2022, la cuestión del calendario dividió a los ucranianos. Posteriormente, especialmente debido al conflicto, la sensibilidad de la gente hacia este tema comenzó a crecer», informó en un comunicado el responsable de la Iglesia ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, al anunciar el nuevo calendario litúrgico.

Según se informó, a partir del 1 de septiembre de 2023, inicio del nuevo año litúrgico de tradición bizantina, la Iglesia greco-católica ucraniana utilizará el calendario gregoriano para la celebración de fiestas fijas, como Navidad, Epifanía y las conmemoraciones de los santos.

«Hoy la mayoría de nuestros fieles quiere esta reforma. El 90 por ciento de los fieles la sostiene», agregó Shevchuk sobre la decisión adoptada la semana pasada por el Sínodo de la Iglesia greco-católica.

En mayo del año pasado había sido la Iglesia Ortodoxa Ucraniana la que había marcado sus diferencias con el Patriarcado Ortodoxo de Moscú al anunciar su «plena autonomía e independencia».

El máximo líder de la Iglesia ortodoxa rusa, el Patriarca Kirill, es considerado uno de los mayores defensores del presidente de ese país, Vladimir Putin, y ha hecho público su apoyo a la invasión sobre Ucrania iniciada el 24 de febrero de 2022.