La Conferencia Episcopal de El Salvador (Cedes) pidió este domingo a los salvadoreños votar en los comicios presidenciales del 3 de febrero por el candidato que afronte el drama de la violencia homicida que agobia al país.

«Debemos dar nuestro voto a quien tenga la valentía de afrontar en sus raíces el gravísimo drama de la violencia homicida que no sólo arrebata miles de vidas cada año, sino que arrebata la esperanza de poder vivir en paz», consignó la Cedes en un comunicado.

El voto «es un derecho y una responsabilidad» y se debe emitir con «Plena conciencia» escogiendo a quien «se comprometa seriamente a solucionar los graves problemas económicos, sociales y políticos del país», subraya la Cedes.

Más de cinco millones de electores están convocadas a las urnas el 3 de febrero para elegir al presidente y vicepresidente que gobernarán el país del 1 de junio de 2019 al 31 de mayo de 2024.

Los obispos reconocen que los salvadoreños acudirán a las urnas «en un momento delicado, debido a la frustración que experimenta gran parte del pueblo al sentirse defraudado por los partidos políticos y por la corrupción de algunos de sus máximos dirigentes».

La frustración hacia la clase política, según la Cedes, «se vuelve más importante en las zonas donde impera la violencia homicida» de las pandillas, que tienen unos 70.000 miembros, de los cuales 17.000 están encarcelados.

También los obispos recuerdan a los electores que la «responsabilidad no termina en el momento de emitir el voto, puesto que después de las elecciones debemos exigir que se cumpla lo prometido».

Desde el viernes se busca contener un repunte de homicidios de policías y militares a manos de pandillas para presionar por beneficios penitenciarios y para que cese su persecución, pese a que siguen delinquiendo, dijeron las autoridades.

Entre jueves y viernes pasados, cuatro agentes de policía fueron asesinados por pandilleros. Con esas muertes suman ocho el total de víctimas policiales a manos de estos grupos en lo que va de enero, además de un conductor de vehículos de seguridad y dos efectivos del ejército.

El Salvador registró 3.340 homicidios en 2018, 15% menos que el año anterior, aunque su tasa de 51 muertes por cada 100.000 habitantes lo mantiene como uno de los países sin guerra más violentos del mundo.