El papa Francisco aseguró hoy que «lo único razonable» en la guerra en Ucrania sería «detenerse y negociar», en consideración del daño que cada día de la invasión de Rusia supone para la población ucraniana y también para el mundo entero, durante el rezo mariano del Ángeluz.

Además, anticipó que dará más detalles del viaje a Canadá el próximo miércoles en la audiencia general.

Además, dijo, en su discurso anterior al Ángelus, que la codicia «es una enfermedad que destruye a las personas».

«Servirse de las riquezas, sí, pero servir a la riqueza, no», dijo el pontífice, con el argumento de que la vida «no depende de lo que se posee, depende de las buenas relaciones con Dios, con los demás y con los que tienen menos».

Agregó que la codicia convierte en «esclavos y servidores del dinero a quienes persiguen enriquecerse siempre más» y que por culpa de ella se ha llegado «a una injusticia como nunca antes en la historia, donde unos pocos tienen mucho y muchos tienen poco».

«Es bueno hacerse rico, pero hacerse rico con Dios», sostuvo, y añadió que el «ansia de recursos y riquezas» está «casi siempre implicada» en las guerras y los conflictos», uno de ellos, «el comercio de armas».

El Papa también saludó a los hermanos jesuitas, que celebraban este domingo su fiesta, San Ignacio de Loyola.