El papa Francisco le envió hoy una carta al presidente sirio, Bashad al Assad, en la que expresó su «profunda preocupación» por los civiles y le pidió «iniciativas concretas» para frenar la «catástrofe humanitaria» en el país asiático.

En la carta, el pontífice planteó su «profunda preocupación por la situación humanitaria en Siria, con particular referencia a las condiciones dramáticas de la población civil en Idlib», en el noroeste del país, bastión de los últimos rebeldes que luchan contra el gobierno sirio.

Francisco le hizo llegar la misiva a Al Assad a través del cardenal Peter Turkson, quien se reunió con el mandatario en Damasco acompañado por el nuncio en Siria, Mario Zenari, informó hoy el vocero papal, Matteo Bruni, en un comunicado.

Según detalló luego el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin, Francisco pidió en la carta «que sea protegida la vida de los civiles y sean preservadas las principales infraestructuras, como escuelas, hospitales y centros de salud.»

Jorge Bergoglio reclamó además a Al Assad «que haga todo lo posible para detener esta catástrofe humanitaria, por la salvaguardia de la población indefensa, en particular de los más débiles, en el respeto del Derecho Humanitario Internacional», agregó el purpurado italiano citado por la prensa oficial vaticana.

«En su carta, el Santo Padre utiliza tres veces la palabra reconciliación: este es su objetivo, por el bien de ese país y de su población indefensa», detalló Parolin, quien planteó que Bergoglio animó a Al Assad «a hacer gestos significativos en este proceso de reconciliación tan urgente».

En ese marco, Parolin enumeró dentro de las propuestas papales crear «las condiciones para el regreso seguro de los exiliados y desplazados internos y para todos aquellos que quieran volver al país después de haber sido obligados a abandonarlo. También menciona la liberación de los detenidos y el acceso de las familias a la información sobre sus seres queridos».

«El Papa Francisco está particularmente preocupado por la situación de los presos políticos, a quienes no se pueden negar condiciones de humanidad», finalizó Parolin.

Según datos de las Naciones Unidas, la escalada de violencia sólo en esa ciudad había provocado hasta mediados de junio, al menos 230 civiles muertos y 330.000 nuevos desplazados.

La acción de la fuerzas sirias – apoyadas por la aviación rusa, y de las acciones de los rebeldes, principalmente Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización que aglutina a varios grupos, incluido el antiguo Frente al Nusra, otrora filial de Al Qaeda en Siria, y al que la ONU considera una organización terrorista – provocaron los miles de desplazamientos forzados, según el organismo internacional.

A inicios de julio, el Papa recibió al presidente ruso, Vladimir Putin, y discutieron la situación siria, según comunicó entonces el Vaticano.