El papa Francisco escribirá mañana las primeras líneas del código de «Programación para la Paz», una iniciativa de inclusión tecnológica que la fundación pontificia Scholas Occurrentes empezará a usar este año en siete de sus sedes, entre la que está la de la Villa 31 de Buenos Aires.

Francisco visitará a las 16 de Roma (12 de Argentina) de este jueves, por cuarta vez en dos años, la sede vaticana de la fundación, y desde allí lanzará una aplicación de programación que se presentará globalmente en el transcurso del año, y con la que Scholas buscará darle oportunidades a jóvenes de siete países en los que están presentes, entre ellos Argentina.

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En 2018, Francisco inauguró desde Roma por videoconferencia, la sede de Scholas en la Villa 31, con la presencia en suelo porteño del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, entre otros.

Con el proyecto «Programando por la paz» se espera que durante este año miles de niños y jóvenes se inicien en el aprendizaje de la programación desde una mirada ética y en la búsqueda de la paz; el primer «bloque» de este proyecto será programado «literalmente» por el pontífice, afirmó uno de los directores mundiales de Scholas, José María del Corral.

La visita del pontífice al edificio del barrio trastevere en el que está asentada la fundación se dará en el marco de la inauguración por videoconferencia de la sede de Scholas en Panamá, que funcionará como «Hub Tecnológico».

Durante la videoconferencia el Papa también se conectará y dará la bienvenida a las nuevas sedes de Scholas en Portugal, Panamá y Rumania, y recibirá a jóvenes de distintas nacionalidades, participantes de los proyectos que la Fundación Scholas realiza en los campos del deporte, el arte y la tecnología.

Además, a dos meses de su histórico viaje programado para fines de mayo, Bergoglio hablará con estudiantes rumanos desde la nueva sede de Scholas en Rumania.

Nacida con un quirógrafo (decreto) papal en 2013, Scholas es la fundación con la que Francisco lleva adelante su programa educativo basado en las experiencias «Escuela de Vecinos» y «Escuelas Hermanas», que impulsaba como arzobispo porteño.