MIéRCOLES, 27 DE NOV

Francisco denunció los «maltratos y abusos» de la explotación infantil en el sector agrícola

El Papa advirtió que miles de niños y niñas se ven apremiados "a trabajar incansablemente, en condiciones agotadoras, precarias y degradantes".

 

El papa Francisco denunció este martes el «flagelo» de la explotación infantil «en el sector de la producción agrícola», a la que consideró «alarmante» por los «maltratos, abusos y discriminación» que provoca en ese grupo etario.

«Aún más cuando se manifiesta como explotación, el trabajo infantil se convierte en un flagelo que hiere cruelmente la existencia digna y el desarrollo armónico de los más pequeños», denunció este martes el pontífice en un mensaje que envió al Director General del organismo de Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO), Qu Dongyu.

Según el texto, enviado a nombre del Papa y con la firma del secretario de Estado vaticano Pietro Parolin, el denominado trabajo infantil limita «considerablemente sus oportunidades de futuro, ya que reduce y lastima su vida para satisfacer las necesidades productivas y lucrativas de los adultos».

«Si nos detenemos en el sector agrícola, la emergencia es aún más alarmante: miles de niños y niñas se ven apremiados a trabajar incansablemente, en condiciones agotadoras, precarias y degradantes, sufriendo maltratos, abusos y discriminación», profundizó luego Jorge Bergoglio.

En ese marco, el Papa planteó de todos modos que «la situación alcanza el ápice de la desolación, cuando son los mismos padres los que se ven impelidos a enviar a sus hijos a trabajar, porque sin su aporte activo no podrían mantener a la familia», continuó la misiva durante enviado en ocasión del Encuentro Mundial sobre la Eliminación del Trabajo Infantil en la Agricultura.

En medio de la emergencia de la Covid-19 en todo el mundo, Francisco planteó que «las connotaciones negativas de este drama se han visto agudizadas por la pandemia, que ha empujado a un número creciente de menores a abandonar la escuela para caer, lamentablemente, en las garras de esta forma de esclavitud».

«Para muchos de estos pequeños hermanos nuestros, faltar a la escuela significa no solo perder oportunidades que los capaciten para afrontar los retos de la edad adulta, sino también enfermar, es decir verse privados del derecho a la salud, a causa de las deplorables condiciones en las que han de desarrollar las tareas que vilmente se les exigen», denunció en el texto dado a conocer por la oficina de Prensa de la Santa Sede.

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