El papa Francisco criticó este jueves a los «nacionalismos cerrados y agresivos», pidió por la acogida global de migrantes y refugiados para «caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande» a nivel global y convocó a no hacer «distinción entre autóctonos y extranjeros».

«Los nacionalismos cerrados y agresivos y el individualismo radical resquebrajan o dividen el nosotros, tanto en el mundo como dentro de la Iglesia», planteó el Papa en el mensaje para la 107 Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que se festeja el próximo 26 de septiembre, divulgado hoy por el Vaticano.

«Y el precio más elevado lo pagan quienes más fácilmente pueden convertirse en los otros: los extranjeros, los migrantes, los marginados, que habitan las periferias existenciales», sostuvo el pontífice, tras considerar a la pandemia como uno de los momentos de «mayor crisis» de la humanidad.

Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha hecho de la figura de los refugiados y migrantes un eje central, al punto que su primer viaje fuera de Roma como Papa fue a la isla de Lampedusa, en el Sur de Italia, convertida en símbolo de las miles de personas ahogadas en el Mediterráneo buscando llegar a Europa.

En ese marco, parafraseando su rezo de la Plaza San Pedro de marzo de 2020, Francisco aseveró que «en realidad, todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad».

El mensaje papal, dirigido «a todos los hombres y mujeres del mundo», incluye un llamado de Jorge Bergoglio «a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, a recomponer la familia humana, para construir juntos nuestro futuro de justicia y de paz, asegurando que nadie quede excluido».

Así, el Papa pidió «un compromiso que no hace distinción entre autóctonos y extranjeros, entre residentes y huéspedes»,

En su mensaje, Francisco pidió un esfuerzo «para derribar los muros que nos separan y construir puentes que favorezcan la cultura del encuentro, conscientes de la íntima interconexión que existe entre nosotros».

«En esta perspectiva, las migraciones contemporáneas nos brindan la oportunidad de superar nuestros miedos para dejarnos enriquecer por la diversidad del don de cada uno», agregó.

Con un mensaje dirigido también puertas adentro del catolicismo, el Papa convocó a los fieles católicos a «comprometerse, cada uno a partir de la comunidad en la que vive, para que la Iglesia sea siempre más inclusiva».

«En el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, de los refugiados y en el diálogo intercultural que puede surgir, se nos da la oportunidad de crecer como Iglesia, de enriquecernos mutuamente», planteó.