Un nuevo tema de debate a sido eje de discusión en el senado francés. El jefe de partido republicano, Bruno Retailleau, plantea prohibir a los partidos de connotación confesional presentarse a las elecciones.

La propuesta del senador no es nueva, pero a tomado relevamiento a gran nivel, debido a que va a ser plasmada en un proyecto de ley y, esa cuestión, encendió la polémica.

El dirigente expresa la urgencia de actuar debido a la pretensión de la Unión de los Demócratas Musulmanes franceses de concurrir a las elecciones municipales del próximo marzo en una cincuentena de municipios. El partido, creado en el 2012, ya se presentó a los comicios europeos de mayo y cosechó un porcentaje insignificante de sufragios.

Para Retailleau, “el islam político, en Francia, intenta construir una contrasociedad con fines separatistas y antirrepublicanos”. En apoyo de sus argumentos, Retailleau cita estudios de las fundaciones Montaigne y Jean Jaurès, según las cuales el 30% de los franceses de credo musulmán consideran que la sharía –la ley islámica– está por encima de las leyes republicanas.

Según Retailleau, que acusa al presidente Emmanuel Macron de practicar una “formidable ambigüedad” sobre este problema, la prohibición de los partidos confesionales es una necesidad, no ya sólo para defender la laicidad sino para hacer frente “a una forma de secesión, pues estas listas quieren privilegiar a una parte de la población cuando nuestra República es indivisible”.

En el movimiento de Macron, la República en Marcha (LREM), hay división de opiniones. Hay quien ha denunciado la peligrosidad de las listas confesionales. El ministro del Interior, Christophe Castaner, por su parte, ha sido más cauteloso y ha advertido de que la prohibición puede ser anticonstitucional.

Con todo, Castaner dijo que daría instrucciones a los prefectos para actuar contra eventuales candidatos que tengan “un discurso comunitarista islamista”.

La convivencia con el islam es uno de los desafíos de futuro más importantes de la sociedad francesa, en especial después de la ola de atentados yihadistas desde enero del 2015. El debate público y las controversias son constantes.

La convivencia con el islam es uno de los desafíos de futuro más importantes de la sociedad francesa, en especial después de la ola de atentados yihadistas desde enero del 2015. El debate público y las controversias son constantes.

En su último libro, Destin français , Éric Zemmour, uno de los ideólogos de la derecha en este terreno, insiste en que Francia está desarmada, intelectualmente, porque, entre otras cosas, ha olvidado las cruzadas, mientras que el mundo musulmán aún las tiene muy presentes en el imaginario colectivo. Según Zemmour, De Gaulle aceptó la independencia de Argelia para evitar el desafío demográfico de una población musulmana en crecimiento exponencial, pero eso se ha producido igualmente con la inmigración.