Tras una decisión del papa Francisco, el Vaticano puso a disposición de los investigadores más de 16 millones de documentos controversiales del pontificado de Pío XII, quien fue acusado de no haber ayudado a salvar judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Ahora, cerca de 200 historiadores y expertos fueron autorizados para examinar los documentos, que contienen millones de cartas, cables y correspondencia de 1939 hasta 1958.

«La Iglesia no teme a la historia», había dicho Francisco al anunciar la decisión, al tiempo que sostuvo que Eugenio Pacelli, pontífice durante ese período, «fue un gran defensor de los judíos».

En la misma línea se expresó uno de los principales archiveros del Vaticano, Johan Ickx, quien señaló que las acusaciones contra Pío XII eran infundadas.

«No estaba en absoluto en silencio. Todos sus sacerdotes en Europa central y el norte de Europa no estaban haciendo nada más que tratar de salvar a la gente, a los judíos también, a todas las personas, porque ese era uno de sus cargos», dijo Ickx.

Por su parte, el vicepresidente ejecutivo y asesor general del Congreso Judío Mundial, Menachem Rosensaft, remarcó: «Necesitamos expresar nuestra enorme gratitud y aprecio al papa Francisco por dar este paso».

La única vez que se escuchó hablar a Pío XII sobre aquellos trágicos acontecimientos fue en la Navidad de 1942, cuando aseveró que «cientos de miles de personas, sin culpa alguna y a veces por el solo hecho de su nacionalidad o raza, están condenadas a la muerte o un exterminio progresivo».

«Lo importante es que el estudio de estos documentos se lleve a cabo de una manera imparcial, objetiva, científica e histórica», subrayó Sergio Pagano, prefecto del Archivo Apostólico de la Santa Sede.