En 1960 la Virgen había establecido que el Vaticano debía revelar el 3er Secreto de Fátima, según indicaciones dadas a Sor Lucía. Pero en ese año el Vaticano emitió un comunicado de prensa anónimo, después de que el Papa Juan XXIII abriera el sobre que contenía el Secreto y lo leyera.

El comunicado afirmaba que el secreto no podía ser revelado, porque las palabras que Nuestra Señora confió a los tres pastorcitos, se las había confiado al pontífice como un secreto para él. Y un año después surgieron dos eventos, que es un secreto a voces que están relacionados, aunque en ninguno de ellos se ha hecho referencia al otro.

Uno de esos eventos son las apariciones de Garabandal, donde se concreta la explicación oculta de los problemas centrales de la Iglesia hoy.

Y el otro es parte de esos problemas. La advertencia oculta en las apariciones de Garabandal sobre los conflitos que vendrían a la Iglesia y al mundo, que antes no miramos en detalle, y ahora se revelarán en toda su dimensión.

El primer evento de los dos centrales mencionados fue que en 1961 cuando comenzó el Concilio Vaticano II, cuya planificación venía desde Pio XII, y que luego tomó su sucesor Juan XXIII, pero le cambió el enfoque.

Pio XII estaba planificando un Concilio que se centrara en hablar de Dios, mientras que el enfoque que tuvo bajo el llamado “Papa Bueno», fue centrarse en hablar de la Iglesia.

Y el segundo evento que comenzó en 1961 fueron las apariciones de la Virgen María en Garabandal, que son una clara continuación de las apariciones de Fátima.

Algunos las consideran como una forma de respuesta del Cielo a la negación de publicar el 3er Secreto de Fátima.

Y también algunos han dicho que el 3er Secreto contenía una advertencia de que la Iglesia tendría un mal Concilio, y por eso no se publicó.

¿Pero si Garabandal fue de alguna manera una respuesta a la no publicación del 3er Secreto de Fátima, en qué consistió esa respuesta?

Porque lo que se ha publicitado sobre Garabandal ha sido la profecía del Aviso, el Milagro y el Castigo para purificar a la humanidad.

Sin embargo, en realidad, el contenido central de las apariciones de Garabandal no fue el Aviso, el Milagro y el Castigo, sino la crisis de la Iglesia.

Una crisis que en ese momento no se veía ni se preveía, aunque ya estaba trabajando en forma subterránea. Y en ese momento los católicos estaban optimistas por la apertura de la Iglesia que prometía Juan XXIII, a partir del Concilio.

Los dos mensajes centrales que dio la Virgen para que las niñas de Garabandal difundieran al público, fueron sobre el estado de la fe y de los sacerdotes en la Iglesia, y no sobre el Aviso, el Milagro y el Castigo. Pero como apuntaban con el dedo hacia el Concilio Vaticano II nunca fueron considerados plenamente. Porque hasta hace poco era poco menos que una herejía señalar los frutos amargos del Concilio, y era casi obligatorio hablar sólo de sus frutos buenos.

La Virgen alertó sobre la confusión dentro de la Iglesia y su protestantización

El año 1961 era una época de absoluta certeza y de indescriptible alegría para las niñas de Garabandal. Y saliendo de uno de sus éxtasis colectivos, las cuatro fueron interrogadas como de costumbre.

“¿Qué os dijo la Virgen esta vez?»

Se miraron como para consultarse y dijeron “No lo entendemos del todo».

Bueno, pero “¡dilo de todos modos!”, replicó el interlocutor.

“La Virgen dijo, “llegará un tiempo en que las cuatro os contradeciréis sobre el tema de las apariciones; donde sus familias no se portarán bien con vosotras; donde llegaráis a dudar de las apariciones, hasta el punto de negarlas”.

“¿Es todo?” preguntó el entrevistador.

“No”, añadió una de las niñas, “la Virgen dijo que así estableceréis entre vosotras una confusión similar a la que ahora existe en la Iglesia”.

Y un sacerdote que estaba presente protestó fuertemente, “no es la Virgen la que aparece. Porque no hay confusión en la Iglesia. Entonces fue el diablo quien habló”.

Este sacerdote mantuvo oculta esta profecía, pero más tarde, habiéndola comprendido, la compartió con el Padre Laffineur en 1968.

Y ambas cosas profetizadas por la Virgen llegaron porquehubo un tiempo en que las niñas dudaron de las apariciones, y luego del Concilio Vaticano II, que terminó en 1965 al igual que las apariciones, se abrió el período de confusión bien visible en la Iglesia, que ha continuado hasta hoy.

Por otro lado, en agosto de 1969, mientras un grupo de sacerdotes hablaba de las apariciones, la vidente Mari Loli, que estaba dormida, se despertó de repente cuando empezaron a hablar de la crisis de la Iglesia, y dijo, “nos están llevando directamente al protestantismo…. Además, ya no será necesario que los sacerdotes lean en la iglesia, porque nosotros seremos los sacerdotes».

En 1969, en lo profundo de la cordillera cantábrica, la Nueva Misa aún no había sido introducida.

La misa Novus Ordo fue promulgada por Pablo VI el 3 de abril de 1969, y en ella los laicos leen las lecturas del día.

Además, la secuencia de la misa católica introdujo formatos protestantes, al punto que varios pastores protestantes eran parte de la comisión presidida por el obispo Annibale Bugnini, que elaboró la nueva misa.

El mismo Annibale Bugnini que luego fue identificado como masón, y castigado por Pablo VI, enviándolo como Nuncio Apostólico a Irán.

De modo que hasta aquí tenemos la revelación de la Virgen de que vendría una confusión en la Iglesia y se protestantizaría.  Y esto nos permite comprender entonces el alcance de la advertencia central de Garabandal que se resume en sus dos mensajes.

Porque hubo sólo dos mensajes públicos de la Virgen durante los 5 años de las apariciones:

El primero fue el 18 de octubre de 1961. Al caer la tarde, en los Pinos, las niñas leyeron el texto del mensaje que Nuestra Señora les dio, “Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia, visitar al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande”.

Y el segundo mensaje de la Virgen llegó poco antes del fin de las apariciones, el 18 de junio de 1965. Fue el Arcángel San Miguel el encargado de comunicarlo a Conchita,“antes, la copa se estaba llenando, ahora está rebosando.

Muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. 

A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. «Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús”.

De modo que el diagnóstico dado por la Virgen de la crisis provocada por la confusión y la protestantización de la Iglesia, se atribuye a dos cosas: la conducta de muchos cardenales, obispos y sacerdotes, y la erosión en la creencia en la eucaristía.

Los protestantes no creen que la hostia consagrada sea el cuerpo y la sangre de Jesús, por lo que el descrédito de la eucaristía dentro del pueblo católico es consecuencia también de la protestantización.

Del cual la nueva misa es uno de los elementos. Y por otro lado, la protestantización también entró dentro del clero, por ejemplo dejaron de usar sotana y otras cosas más.